Por: Ellen Fagan
En el 2013, el autor e historiador Jim Berkenstadt (acertadamente anunciado como “El detective del rock and roll”) sacó a la luz un misterio musical en su libro The Beatle Who Vanished (El Beatle que desapareció). Es la convincente historia de Jimmie Nicol, un baterista de sesión tímido y talentoso que aún no había triunfado. Es decir, hasta que un día de 1964 recibió una llamada del productor de los Beatles, George Martin, preguntándole si podía sustituir a un enfermo Ringo Starr en la primera gira mundial de los Beatles. ¿¿Qué??Nicol no fue el primero al que se le acercó para esta tarea única (en realidad, fue el tercero), pero reconoció una buena oportunidad y cumplía muchos de los riquisitos para situarlo como un doble de Ringo como solución rápida. Estaba familiarizado con el set list de los Beatles. Era adaptable y tomaba bien las instrucciones. Incluso lucía el imprescindible cabello melenudo y le quedaba bien el traje de Ringo, aunque un poco ajustado. Se despidió de su esposa y de su hijo pequeño y se fue, ansioso por hacer historia en el rock con la esperanza de avanzar en su floreciente carrera como baterista.
No hay duda de que Nicol salió adelante con gran estilo mientras el pobre Ringo languidecía en el Middlesex University College Hospital con un caso de laringitis y faringitis. Nicol, un tipo introvertido pero atractivo, igualaba la energía de quienes lo rodeaban y ofrecía una batería dinámica. Pasó trece días como un Beatle real en la primera gira mundial de los Fab Four en los Países Bajos, Hong Kong y Australia.
Nicol quedó atónito por la violenta adulación de las jóvenes fans y dijo: “El día antes de ser Beatle, ninguna chica me miraba... al día siguiente, cuando estaba vestido y viajando en la parte trasera de una limusina con John. Lennon y Paul McCartney se morían sólo por tocarme”
Participó en las conferencias de prensa, respondió ingeniosamente preguntas y fue un Beatle entre los Beatles durante su período de 13 días antes de que Ringo, completamente recuperado, apareciera en Australia.
El manager Brian Epstein, con quien no había ningún amor perdido, le obsequió 500 libras, un reloj de oro grabado y un viaje rápido al aeropuerto. Su breve período de fama produjo decididamente bendiciones contradictorias. Su estrellato se convirtió en niebla y desapareció de los titulares. El autor Jim Berkenstadt, un apasionado experto en música y ex abogado litigante, ha aprovechado sus habilidades como abogado para convertirse en "El detective del rock and roll". Buscó en archivos arcanos y entrevistó a amigos, compañeros de banda y familiares para desentrañar las causas de la incapacidad de Jimmie Nicol para mantener su antigua fama. No es una tarea fácil, dada la silenciosa amargura de Nicol por no seguir siendo un Beatle ni ser el centro de atención. Continuó haciendo música, formando bandas de corta duración en el Reino Unido y México, y finalmente se convirtió en empresario y constructor. Se alejó tanto de su vida anterior que, en 1988, comenzó a circular el rumor de su muerte a los 49 años. En ese momento, no se sabía nada de su vida, ni de su posible fallecimiento.
The Beatle Who Vanished es un relato bien documentado, abundantemente ilustrado y empático de la odisea de Jimmie Nicol desde baterista de sesión hasta ícono breve y eventual hombre misterioso. El libro termina con detalles esquivos, pero reconoce que, si bien los informes sobre su muerte en 1988 fueron realmente exagerados, se desconocía su paradero actual.
En honor al aniversario 60 de aquella fatídica gira mundial de los Beatles de 1964 (un esfuerzo extraordinario en aquellos días no digitales), Jim Berkenstadt ha relanzado The Beatle Who Vanished con una actualización larga y conmovedora sobre el verdadero destino de Jimmie Nicol. No hay spoilers aquí, pero felicitaciones a Berkenstadt por darle a Nicol lo que le corresponde, y no solo como la "nota al pie con más clase en la historia de la música" por su fugaz actuación como Beatle participante. Berkenstadt rinde homenaje a los impresionantes logros de un virtuoso percusionista que aportó sus habilidades a bandas como Colin Hicks & His Cabin Boys, Vince Eager & The Quiet Three, The Shubdubs y The Spotnicks, entre otras.
Las ramificaciones psicológicas de que le arranquen tan brutalmente la alfombra de la fama y la fortuna son nada menos que shakesperianas. Una foto de Jimmie Nicol, completamente solo en un aeropuerto esperando regresar a Londres después de que The Beatles se reunieran con Ringo y Brian Epstein lo alejaran de las hordas de adoradores, es desgarradora.
La edición actualizada de The Beatle Who Vanished (con un elegante prólogo del fallecido Chas Newby, un “Quinto Beatle” anterior) está escrita con afecto, humor y sensibilidad. Los años de dedicada investigación de Berkenstadt dan cuerpo a un hombre sombrío y complicado y le brindan el respeto que se merece.
(Publicado en CultureSonar el 17 de julio del 2024)
[Traducido y editado por Carlos E. Larriega para Mundo Beatle]
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