Por: David Sheff
El primer encuentro de Yoko Ono y John Lennon en 1966 desencadenó una apasionada historia de amor que sobrevivió a divorcios, ruptura de The Beatles, amenazas de deportación, abortos espontáneos y más. Y luego llegó el romance de John con May Pang en 1973. Una nueva biografía de Yoko retoma esa época y documenta cómo ella y John volverían a estar juntos.El concierto [con John Lennon subiendo al escenario junto a Elton John] estaba programado para el Madison Square Garden el 28 de noviembre de 1974, Día de Acción de Gracias.
Yoko consideró asistir. Dudó, pero decidió ir a ver cómo estaba John. "Todos me decían lo preocupados que estaban por él, así que pensé que tal vez debería ir"
No se lo dijo a John y pidió un asiento donde John no la viera desde el escenario. Antes del concierto, le envió gardenias, pero no dijo que estaría allí.
"Si hubiera sabido que estaba allí, me habría puesto demasiado nervioso para subir", dijo John. "Me habría aterrorizado"
En medio de su presentación, Elton hizo subir al escenario a John. "En toda mi carrera, sinceramente, nunca había escuchado a un público hacer un ruido como el que hicieron cuando lo presenté", escribió Elton. Tocaron Whatever Gets You Thru the Night, Lucy in the Sky with Diamonds y I Saw Her Standing There.
Como explicó Yoko: "Toda la casa se estremeció. Pero lo que vi de él fue algo totalmente diferente. Vi a esta persona solitaria y eso me conmovió de verdad, y empecé a llorar... Fue como si mi alma lo viera de repente... viera su alma, que no era lo que veía el público, obviamente, porque solo aplaudían. Y por eso fui tras bambalinas: a saludarlo"
Esta decisión fue una concesión por parte de Yoko. Cuando fue tras bambalinas, dijo: "Nos miramos fijamente un buen rato. No podíamos apartar la vista el uno del otro"
Lo siguiente que pasó, dijo Yoko: "Salimos. Nos reímos de ello"
Se conocieron en una inauguración de arte. Chismearon y le dieron vueltas a lo que les había pasado mientras estuvieron separados. John seguía viviendo con May en un apartamento que había alquilado. Después de la cita, regresó con May y Yoko regresó al Dakota.
Tuvieron más citas. Yoko fue cautelosa. Le preocupaba que la absorbieran de nuevo, temía perderse.
Se sentaron juntos y no hablaron mucho. A veces lloraban. Cuando la tensión se volvió demasiado grande, ella le dijo: "Será mejor que te vayas"
Pero finalmente Yoko estaba lista para intentarlo de nuevo. Ambos estaban nerviosos. John dijo: "Nos dimos cuenta de que había muchos, como decimos, agujeros en nuestra aura, un espacio que teníamos que sanar con delicadeza" . Ella dijo: "Tuvimos que limpiar nuestra aura". Él explicó: "Tuvimos que limpiarnos del período de separación, ¿sabes? . Tuvimos que lavarlo, de alguna manera, y fue una operación delicada. Casi tan delicada como el primer encuentro, y ese tipo de cosas de conocernos y todo eso"
Yoko dijo: "Así que cuando volvimos, creo que él se esforzó mucho para que funcionara... Empecé a tenerle un gran respeto"
John dejó a May. "John [llamó y] me dijo: 'Yoko me ha permitido volver a casa'", dijo ella. May quedó devastada cuando John la dejó.
Cuando John regresó al Dakota, nadie, salvo el pequeño personal, lo supo hasta que John llamó a Elliot [Mintz, publicista] y le dijo que podía hacer un anuncio.
"Que los medios supieran que la separación no había funcionado"
Yoko seguía inquieta, pero la separación la había cambiado. Tenía más confianza que antes. Se sentía cómoda consigo misma. Sentía que, aunque John tenía que trabajar en sí mismo, era bastante evolucionado para ser hombre, sobre todo considerando sus antecedentes.
Yoko consideró asistir. Dudó, pero decidió ir a ver cómo estaba John. "Todos me decían lo preocupados que estaban por él, así que pensé que tal vez debería ir"
No se lo dijo a John y pidió un asiento donde John no la viera desde el escenario. Antes del concierto, le envió gardenias, pero no dijo que estaría allí.
"Si hubiera sabido que estaba allí, me habría puesto demasiado nervioso para subir", dijo John. "Me habría aterrorizado"
En medio de su presentación, Elton hizo subir al escenario a John. "En toda mi carrera, sinceramente, nunca había escuchado a un público hacer un ruido como el que hicieron cuando lo presenté", escribió Elton. Tocaron Whatever Gets You Thru the Night, Lucy in the Sky with Diamonds y I Saw Her Standing There.
Como explicó Yoko: "Toda la casa se estremeció. Pero lo que vi de él fue algo totalmente diferente. Vi a esta persona solitaria y eso me conmovió de verdad, y empecé a llorar... Fue como si mi alma lo viera de repente... viera su alma, que no era lo que veía el público, obviamente, porque solo aplaudían. Y por eso fui tras bambalinas: a saludarlo"
Esta decisión fue una concesión por parte de Yoko. Cuando fue tras bambalinas, dijo: "Nos miramos fijamente un buen rato. No podíamos apartar la vista el uno del otro"
Lo siguiente que pasó, dijo Yoko: "Salimos. Nos reímos de ello"
Se conocieron en una inauguración de arte. Chismearon y le dieron vueltas a lo que les había pasado mientras estuvieron separados. John seguía viviendo con May en un apartamento que había alquilado. Después de la cita, regresó con May y Yoko regresó al Dakota.
Tuvieron más citas. Yoko fue cautelosa. Le preocupaba que la absorbieran de nuevo, temía perderse.
Se sentaron juntos y no hablaron mucho. A veces lloraban. Cuando la tensión se volvió demasiado grande, ella le dijo: "Será mejor que te vayas"
Pero finalmente Yoko estaba lista para intentarlo de nuevo. Ambos estaban nerviosos. John dijo: "Nos dimos cuenta de que había muchos, como decimos, agujeros en nuestra aura, un espacio que teníamos que sanar con delicadeza" . Ella dijo: "Tuvimos que limpiar nuestra aura". Él explicó: "Tuvimos que limpiarnos del período de separación, ¿sabes? . Tuvimos que lavarlo, de alguna manera, y fue una operación delicada. Casi tan delicada como el primer encuentro, y ese tipo de cosas de conocernos y todo eso"
Yoko dijo: "Así que cuando volvimos, creo que él se esforzó mucho para que funcionara... Empecé a tenerle un gran respeto"
John dejó a May. "John [llamó y] me dijo: 'Yoko me ha permitido volver a casa'", dijo ella. May quedó devastada cuando John la dejó.
Cuando John regresó al Dakota, nadie, salvo el pequeño personal, lo supo hasta que John llamó a Elliot [Mintz, publicista] y le dijo que podía hacer un anuncio.
"Que los medios supieran que la separación no había funcionado"
Yoko seguía inquieta, pero la separación la había cambiado. Tenía más confianza que antes. Se sentía cómoda consigo misma. Sentía que, aunque John tenía que trabajar en sí mismo, era bastante evolucionado para ser hombre, sobre todo considerando sus antecedentes.
Estaba profundamente arrepentido de la noche en casa de Jerry Rubin [donde John, ebrio, tuvo sexo con una desconocida a pesar de que Yoko estaba en la habitación de al lado]. Había llegado a la conclusión de que el estilo de vida autocomplaciente de estrella de rock no era para él. "Yo era un auténtico cerdo", me dijo John más tarde, "y es un alivio no serlo. Las presiones de ser un cerdo eran enormes. Me estaban matando"
Hablaron sobre las condiciones para la reconciliación y decidieron "reordenar nuestras prioridades". Definieron nuevos roles que les permitirían trabajar en lo que necesitaban.
Yoko se encargaría del negocio, en el que había empezado a centrarse cuando se separaron. "Él era lo suficientemente inteligente como para saber que esa era la única manera de salvar nuestro matrimonio", dijo. "No porque no nos quisiéramos, sino porque era demasiado para mí. Nada habría cambiado si hubiera vuelto como la Sra. Lennon. Me hizo bien dedicarme al negocio y recuperar el orgullo por lo que puedo hacer". John sabía que tenía que estar sobrio. "Cuando todavía estaba borracho, solo divagaba, le gritaba insultos o le rogaba para volver, ya sabes, entre el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde", dijo. "No sé qué decía o hacía la mitad del tiempo cuando todavía bebía"
Además, como dijo John, había sido un "aburrido artista" desde la adolescencia. Decidió que necesitaba dejar de vivir como un Beatle o un ex Beatle. "Yo era la morsa, pero ahora soy John", cantaba en voz alta. Pero no tenía experiencia siendo simplemente John; ¿podría funcionar como una persona sin estar en el centro de la vorágine de prensa, músicos, eventos, producción de discos... el caos? Decidió que no habría estudios de grabación ni medios de comunicación.
Sus vidas se simplificaron. John se sintió humilde. Yoko también parecía diferente. [El fotógrafo] Bob Gruen dijo: "Ella estaba menos inquieta... Al principio parecían enamorados, pero se sentían más sólidos, como dos personas que habían pasado por un reto"
El 1 de marzo de 1975, Yoko y John asistieron a los Premios Grammy, donde John fue presentador. Los Grammy le brindaron la oportunidad de demostrarle al mundo que estaba sobrio y que él y Yoko estaban juntos. Le dio las gracias a Yoko desde el escenario: "Gracias, madre, gracias".
Tres semanas después, el 20 de marzo, celebraron su sexto aniversario de bodas. Lo habían logrado con las justas. En el Dakota, entre un mar de claveles y velas blancas encendidas, vestidos de blanco, renovaron sus votos.
Querían un hijo. Claro, ambos tenían un hijo de un matrimonio anterior, y ambos habían sido, según admitieron ellos mismos, padres poco brillantes. Pero tras renovar su compromiso mutuo, reevaluaban lo que más importaba y construían conscientemente su futuro juntos.
Se habían sentido profundamente decepcionados por los abortos espontáneos de Yoko y habían empezado a aceptar que tal vez nunca tendrían un hijo. Pero en 1972, Hong, el acupunturista y herbolario que los ayudó a dejar la metadona, les había instruido sobre cómo Yoko podía quedarse embarazada. Crípticamente, les había dicho que se tomaran un tiempo separados, algo impensable entonces. Pero ahora lo habían hecho. Hong también les había dicho que dejaran el alcohol y las drogas. Y lo habían hecho.
Yoko pronto se embarazó. En el pasado, habían anunciado sus embarazos inmediatamente, pero Yoko le pidió a John que esperara esta vez. "En cuanto anunciamos mi embarazo, recibimos muchas malas vibras de gente loca del mundo", dijo Yoko. "Recibíamos una muñeca por correo con un alfiler clavado o algo así, deseando no haber tenido al niño. Tuvimos que aislarnos y protegernos de eso para criarlo"
El bebé nacería de padres con permiso legal para residir en Estados Unidos. El caso de inmigración había avanzado durante el último año y medio. En un momento dado, la Junta de Apelaciones de Inmigración ordenó a John que abandonara el país. Se presentaron una serie de apelaciones y contrademandas. Se convirtió en una rutina habitual.
Finalmente, el caso llegó a la Corte de Apelaciones de Estados Unidos. El 7 de octubre de 1975, dicha corte anuló la orden de deportación. La decisión señaló: "La lucha de cuatro años de Lennon por permanecer en nuestro país es testimonio de su fe en el sueño americano". (Casi un año después, en una conferencia de prensa tras la aprobación de la solicitud de John para la residencia permanente, John agradeció a Yoko: "Como siempre, hay una gran mujer detrás de cada idiota")
El 9 de octubre de 1975, el día del cumpleaños 30 de John, dos días después de que la corte anulara la orden de deportación, nació Sean Taro Ono Lennon.
En la madrugada del 9 de octubre, Yoko comenzó a tener contracciones y fueron al hospital. Debido a complicaciones, Yoko recibió una transfusión de sangre, pero tuvo una reacción adversa. "Estuve presente cuando ocurrió y empezó a ponerse rígida y luego a temblar por el dolor y el trauma", dijo John. Corrí hacia la enfermera y le dije: "!Ve a buscar al médico!". Agarré fuerte a Yoko mientras el tipo llegaba a la habitación del hospital. Entró, sin darse cuenta de que Yoko estaba sufriendo unas convulsiones terribles, fue directo hacia mí, sonrió, me dio la mano y dijo: "Siempre he querido conocerlo, Sr. Lennon, siempre disfruté de su música"
Empecé a gritar: "!Mi esposa se está muriendo y ud quiere hablar de mi música!. !Dios mío!" Aunque habían planeado un parto natural, el bebé nació por cesárea.
Estaban eufóricos cuando trajeron a Sean a casa. El mundo de Yoko y John se convirtió prácticamente en el Dakota. Había pasado un año desde el concierto de Elton John, y estaban entusiasmados con una nueva forma de ser. Era como empezar de cero.
"La Reina está en la oficina contando el dinero; el Rey está en la cocina haciendo pan y miel". Esa era una de las letras de "Cleanup Time", una canción que John escribió sobre esa época.
Iban caminando al Café La Fortuna, su lugar de reunión a una cuadra del Dakota, a tomar un café o paseaban por el parque. Yoko y John iban a restaurantes de vez en cuando, dejando a Sean con la niñera, pero solo veían a poca gente.
Vieron a los McCartney de vez en cuando. El 24 de abril de 1976, Paul y Linda McCartney estaban de visita, y los cuatro vieron Saturday Night Live juntos. El productor Lorne Michaels bromeó en directo diciendo que les pagaría a los Beatles para que se reunieran en el programa. Les habían ofrecido millones, pero él ofreció 3200 dólares. John y Paul hablaron de ir al estudio de SNL en el Rockefeller Center. Casi fueron, pero estaban demasiado cansados.
Había una niñera y personal doméstico de apoyo, pero John era muy práctico. Ser el principal cuidador de su hijo lo emocionaba. Se encargaba de las comidas de Sean, jugaba con el bebé y lo acostaba por la noche. Se sentaba junto a la cuna, tocaba la guitarra y le cantaba.
¿Y Yoko? Antes de que naciera Sean, le dijo a John: "Llevo nueve meses gestando al bebé y con eso basta. Cuídalo tú después". Y John estuvo de acuerdo.
Me explicó: "Si un padre cría al niño y una madre lo lleva, la responsabilidad es compartida. Es mejor. No me critico. Esto es lo que soy y no puedo ser otra cosa". Su razonamiento iba en contra de los roles de género convencionales de la época.
Pero Yoko no era del todo ajena. Centrada en los negocios y las inversiones, restó importancia a sus instintos maternales, pero John la defendió. Dijo: "!Se menosprecia como madre, lo cual es una tontería!". Vio una conexión natural entre Yoko y Sean. "Ella todavía puede dejar que se le suba encima cuando está haciendo otra cosa, cosa que yo no puedo. O lo hago o no. Sean puede despertarla sin que se irrite, mientras que a mí me sigue irritando si me despierta antes de que me despierte de forma natural". Un amigo contó que salió a pasear y luego a almorzar con Yoko, John y Sean. Describió ver a "Yoko siempre jugueteando con el pelo del bebé. Tocándolo suavemente. Tan feliz"
Este es un extracto editado de 'Yoko: A Biography' de David Sheff, Simon & Schuster.
El 9 de octubre de 1975, el día del cumpleaños 30 de John, dos días después de que la corte anulara la orden de deportación, nació Sean Taro Ono Lennon.
En la madrugada del 9 de octubre, Yoko comenzó a tener contracciones y fueron al hospital. Debido a complicaciones, Yoko recibió una transfusión de sangre, pero tuvo una reacción adversa. "Estuve presente cuando ocurrió y empezó a ponerse rígida y luego a temblar por el dolor y el trauma", dijo John. Corrí hacia la enfermera y le dije: "!Ve a buscar al médico!". Agarré fuerte a Yoko mientras el tipo llegaba a la habitación del hospital. Entró, sin darse cuenta de que Yoko estaba sufriendo unas convulsiones terribles, fue directo hacia mí, sonrió, me dio la mano y dijo: "Siempre he querido conocerlo, Sr. Lennon, siempre disfruté de su música"
Empecé a gritar: "!Mi esposa se está muriendo y ud quiere hablar de mi música!. !Dios mío!" Aunque habían planeado un parto natural, el bebé nació por cesárea.
Estaban eufóricos cuando trajeron a Sean a casa. El mundo de Yoko y John se convirtió prácticamente en el Dakota. Había pasado un año desde el concierto de Elton John, y estaban entusiasmados con una nueva forma de ser. Era como empezar de cero.
"La Reina está en la oficina contando el dinero; el Rey está en la cocina haciendo pan y miel". Esa era una de las letras de "Cleanup Time", una canción que John escribió sobre esa época.
Iban caminando al Café La Fortuna, su lugar de reunión a una cuadra del Dakota, a tomar un café o paseaban por el parque. Yoko y John iban a restaurantes de vez en cuando, dejando a Sean con la niñera, pero solo veían a poca gente.
Vieron a los McCartney de vez en cuando. El 24 de abril de 1976, Paul y Linda McCartney estaban de visita, y los cuatro vieron Saturday Night Live juntos. El productor Lorne Michaels bromeó en directo diciendo que les pagaría a los Beatles para que se reunieran en el programa. Les habían ofrecido millones, pero él ofreció 3200 dólares. John y Paul hablaron de ir al estudio de SNL en el Rockefeller Center. Casi fueron, pero estaban demasiado cansados.
Había una niñera y personal doméstico de apoyo, pero John era muy práctico. Ser el principal cuidador de su hijo lo emocionaba. Se encargaba de las comidas de Sean, jugaba con el bebé y lo acostaba por la noche. Se sentaba junto a la cuna, tocaba la guitarra y le cantaba.
¿Y Yoko? Antes de que naciera Sean, le dijo a John: "Llevo nueve meses gestando al bebé y con eso basta. Cuídalo tú después". Y John estuvo de acuerdo.
Me explicó: "Si un padre cría al niño y una madre lo lleva, la responsabilidad es compartida. Es mejor. No me critico. Esto es lo que soy y no puedo ser otra cosa". Su razonamiento iba en contra de los roles de género convencionales de la época.
Pero Yoko no era del todo ajena. Centrada en los negocios y las inversiones, restó importancia a sus instintos maternales, pero John la defendió. Dijo: "!Se menosprecia como madre, lo cual es una tontería!". Vio una conexión natural entre Yoko y Sean. "Ella todavía puede dejar que se le suba encima cuando está haciendo otra cosa, cosa que yo no puedo. O lo hago o no. Sean puede despertarla sin que se irrite, mientras que a mí me sigue irritando si me despierta antes de que me despierte de forma natural". Un amigo contó que salió a pasear y luego a almorzar con Yoko, John y Sean. Describió ver a "Yoko siempre jugueteando con el pelo del bebé. Tocándolo suavemente. Tan feliz"
Este es un extracto editado de 'Yoko: A Biography' de David Sheff, Simon & Schuster.
(Publicado en la edición de mayo del 2025 de The Australian Women's Weekly)
(Nota proporcionada por nuestro amigo Guillermo Velarde. Traducido y editado por Carlos E. Larriega para Mundo Beatle)
(Nota proporcionada por nuestro amigo Guillermo Velarde. Traducido y editado por Carlos E. Larriega para Mundo Beatle)
No hay comentarios:
Publicar un comentario