Por: David Percival
Hace unas semanas, Sam Mendes anunció su participación en las biopics (películas biográficas) de los Beatles que pretende estrenar en el 2028. Según recuerdo, por conversaciones entre amigos y un torrente de publicaciones indignadas en redes sociales, pocos se mostraron satisfechos con el anuncio.
Con Paul Mescal como McCartney, Harris Dickinson como Lennon, Barry Keoghan como Starr y Joseph Quinn como Harrison, muchos parecían creer que Mendes se había equivocado con el reparto. Sin embargo, ¿deberíamos preguntarnos si Keoghan podría ser un Ringo convincente, o si Mescal podría hacerle justicia a McCartney? Quizás la pregunta más importante sea si necesitamos otra película biográfica musical.
Biopics, especialmente las de estrellas de la música, se están convirtiendo en la última forma de la industria cinematográfica de obtener grandes beneficios y una alta tasa de asistencia. Al igual que las franquicias de cómics y los remakes de acción real que la precedieron, la biopic musical puede ser un éxito de taquilla sin la tediosa tarea de ser demasiado creativa.
Probablemente impulsada por el enorme éxito financiero de Bohemian Rhapsody, la biopic de Freddie Mercury dirigida por Dexter Fletcher y Bryan Singer en el 2018, que recaudó poco menos de mil millones de dólares, en los años posteriores se han inmortalizado numerosas leyendas de la música en formato biográfico. Fletcher tuvo otra oportunidad en el 2019 con Rocketman, su biopic de Elton John (que recaudó 195 millones de dólares), y en el 2022 se estrenó Elvis, la biopic de Baz Luhrmann, igualmente taquillera.
Si estas producciones impulsaron el proceso, para el año pasado, Hollywood se había vuelto loco por las biopics. En el 2024 se estrenaron cuatro grandes películas, siguiendo las vidas de Amy Winehouse (Back to Black), Bob Marley (One Love), Bob Dylan (A Complete Unknown) y Robbie Williams (Better Man). ¿Y quién puede olvidar a Robbie Williams en su forma simiesca?
Estas cuatro películas recaudaron en conjunto alrededor de 390 millones de dólares. Estas biopics fueron un pilar de la industria cinematográfica el año pasado. Con cada Beatle a punto de recibir su propia película, parece improbable que estas no resulten enormemente rentables. Y si Marley, Dylan o un Robbie Williams en regresión evolutiva pueden recaudar millones, es improbable que haya una butaca vacía en el cine cuando estas películas lleguen a la gran pantalla.
Sin embargo, cabe preguntarse qué significa esta manía por las biopics para la industria cinematográfica en su conjunto, o para los cineastas innovadores y originales. Por más interesantes que hayan sido las vidas de estos músicos, las biopics pueden ser enormemente restrictivas desde el punto de vista creativo.
Para aclarar, no estoy en contra de biopics. Oppenheimer, Lawrence de Arabia y El hombre elefante cuentan historias de individuos de una manera cautivadora. La amenaza particular que estas películas biográficas musicales representan para la creatividad, creo, proviene del hecho de que sus historias ya son muy conocidas. El público probablemente tiene una muy buena impresión de las vidas de estos artistas, y las personas son "fanáticas" de las estrellas de la música mucho más que de los políticos o los científicos. Los fanáticos quieren que estas estrellas sean retratadas de una manera que se alinee con sus nociones ya formadas. Tales circunstancias dejan a los directores con poco espacio para la experimentación.
¿Cuántos conocían a Jordan Belfort antes del estreno de El lobo de Wall Street de Scorsese? ¿Alguien hablaba de Władysław Szpilman antes de que Polanski inmortalizara su historia de cómo desafió la captura nazi en El pianista? . Estas películas lograron capturar historias reales de forma creativa porque no eligieron a los candidatos obvios para explorar. Ofrecen espacio para la maestría artística porque no se limitan a las preconcepciones y prejuicios del público, y cuentan historias desconocidas y novedosas.
Volviendo a los Beatles, Mendes tiene la nada envidiable tarea de explorar a cuatro de los músicos más famosos de todos los tiempos. Sus vidas, en algunos casos sus muertes, y sus proyectos musicales están profundamente grabados en la conciencia nacional y ya han sido capturados en innumerables documentales. La serie documental de Peter Jackson, The Beatles: Get Back, estrenada en 2021, fue un éxito de crítica, y con tantos medios ya dedicados al cuarteto, cabe preguntarse qué aportará Mendes, si es que aportará algo nuevo.
Una biopic musical ocasional no supondría una amenaza para la originalidad cinematográfica. Sin embargo, como ocurre con cualquier tendencia cinematográfica, cuanto más se produzcan en un corto período de tiempo, sin duda corren el riesgo de enredarse en clichés y estructuras preconcebidas. Cabe imaginar también que las exorbitantes ganancias obtenidas con Bohemian Rhapsody no animarán precisamente a los cineastas a desviarse de una estructura bastante convencional.
El furor por biopics no solo incentiva a los cineastas a rebuscar entre sus colecciones de discos en busca de una historia que contar, en lugar de dedicarse a proyectos más personales, sino que también corre el riesgo de saturar las salas de cine con una gran cantidad de biopics, dejando poco espacio para exhibir obras más emocionantes y únicas. Que la industria cinematográfica sacrifique la creatividad y la experimentación por algo rentable no es, sin duda, nada nuevo, pero debemos preguntarnos si deberíamos financiar estas obras.
Me encantan los Beatles. Pero es precisamente esta adoración que yo y tantos otros sentimos lo que amenaza la capacidad de Mendes de mostrar su personalidad e innovación. En plena fiebre de biopics, cuando las salas parecen estar dominadas por remakes, franquicias y, ahora, biopics musicales, siento que debo hacer un llamado: !Basta de biopics!
(Publicado en cherwell.org el 28 de abril del 2025)
[Traducido y editado por Carlos E. Larriega para Mundo Beatle]
Vaya vaya... va a tener que trabajar duro Mendes para sorprender al fandom beatlemaniaco que en su momento fue considerado el más salvaje de la historia. Muchas gracias Mundo Beatle, por compartir esta info.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Rosita. Los fans serán muy exigentes y si se varían detalles de la historia vendrán las críticas. Estos biopics están diseñados más para nuevas generaciones de público poco exigente al que poco le va a importar que se guarde una precisión o veracidad histórica, mientras el relato sea entretenido.
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