50 años después de su lanzamiento, Live And Let Die es tan relevante y poderoso como lo fue en 1973. En el clímax de su ya legendaria actuación como estelar en Glastonbury el verano pasado, Paul señaló que su set estaba llegando a su fin, acompañado de pirotecnia dramática e imponentes muros de llamas mientras sacudía Worthy Farm con Live and Let Die, elegido por muchos como uno de los docenas de momentos destacados del show, y subrayando el impacto duradero de la canción en varias generaciones.
Live and Let Die irrumpió en la escena de principios de la década de 1970 y se convirtió instantáneamente en un momento decisivo en la banda sonora de la década. La canción está repleta de características de la aventurera composición de Paul McCartney que han llegado a definir la cultura pop en los últimos 60 años: la introducción conmovedora, el estribillo grandilocuente, el riff de rock duro, la instrumentación dinámica, el reggae, la orquesta... y de alguna manera todo encaja perfectamente en 3 minutos y 12 segundos.
A diferencia de muchas de sus composiciones, Live And Let Die fue un encargo: se le acercaron a Paul en 1972 para ver si quería escribir una canción para la próxima película de James Bond del mismo nombre. Habiendo tenido la ambición secreta de escribir una canción de Bond, inicialmente Paul no estaba seguro de que su canción fuera lo suficientemente 'bondiana' y le preocupaba cómo podría igualar canciones como Goldfinger y From Russia With Love. La canción, que se convirtió en un sencillo de gran éxito internacional tras su lanzamiento, ahora encabeza regularmente las encuestas de 'Mejor tema de Bond' cada vez que aparece una nueva película del agente 007. La primera canción de Bond en ganar una nominación al Premio de la Academia a la Mejor Canción Original, Live and Let Die también ganó un premio Grammy en 1974.Live and Let Die también tiene la distinción de ser el primer tema posterior a los Beatles de Paul producido en su totalidad por George Martin. George estaba haciendo la música para la película y trabajó con Paul en los arreglos orquestales que Paul describió como un "equilibrio perfecto de grandiosidad, sin exagerar"
Para celebrar su aniversario 50, Live and Let Die ha sido mezclado en Dolby Atmos por Giles Martin (hijo de George) y Steve Orchard. Esta mezcla especial proporciona una experiencia inmersiva para el oyente. Los fanáticos escucharán la canción de una manera completamente nueva, colocándolos justo en el corazón de la acción y actuando como un recordatorio de por qué Live and Let Die se ha convertido en un clásico atemporal y universalmente amado.
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