Por: Marta G. Navarro
Fotografía a cargo de Manuel GonzálezCalcula que tardará un total de treinta y cinco años en completar los tres volúmenes de la biografía definitiva sobre los Beatles, Tune In. Es el hombre que tiene acceso a archivos sobre la banda a los que no tiene acceso nadie más en el mundo. El hombre al que recurre Paul McCartney cuando quiere comprobar algún dato sobre su propia vida. Mark Lewisohn (Londres, 1958) lleva prácticamente toda su vida laboral cotizando en la beatlemanía. Estuvo allí durante las sesiones de grabación del proyecto Anthology en 1995, en las cuales George, Paul y Ringo no solo trabajaron en «Real Love» y «Free as a Bird» sino que también en la recientemente publicada como «última canción de los Beatles», «Now and Then»
Nos recibe en la terraza del Hotel Inglaterra, en pleno centro de Sevilla, después de participar en el evento Beatlefeast, que congregó a más de cien músicos y expertos en distintas sedes de la capital hispalense durante cuatro días a finales de octubre. Además de él, se dieron cita más de treinta músicos y bandas, expertos y allegados a los Beatles como Pattie Boyd (la eterna Layla de Clapton) o Julia Baird, hermana pequeña de Lennon.
P: Bueno, Mark, hablemos de la nueva canción. ¿Qué te parece?
ML: Me siento aliviado. Es un alivio que sea una buena canción, porque estaba preocupado. Escuchando la demo original de Lennon te das cuenta de que es un poco sensiblera, lenta, poco inspirada… Quiero decir, el propio John no la desarrolló. No pensó que mereciera la pena. Así que me preocupaba que como canción de los Beatles fuera a ser un poco aburrida, pero pienso se las han ingeniado para sacar de ahí un buen tema. Aunque ni mucho menos una cara A a la altura de los Beatles. Es lo que pasa cuando trabajas con un material, y tratas de que suene bien, cuando ese material no era necesariamente bueno en un principio. Creo que han hecho un buen trabajo, pero no tiene ninguna de las virtudes que tenían las canciones de los chicos en los 60. No tiene la emoción que desprendían. Te hace sentir triste, en lugar de transmitir positividad.
P: Hoy tenemos la suerte de poder charlar contigo en Sevilla, pero en el año 95, cuando se estaban produciendo las sesiones de grabación de Anthology, tú estabas allí. ¿Qué recuerdas de todo aquello? Especialmente de la grabación de las canciones, en el estudio de Paul.
ML: Sí, estuve involucrado en el proyecto y sé cuándo tuvieron lugar las sesiones de grabación de las canciones. Aunque no estuve presente. Y sé que, cuando llegaron a «Now and Then», George había perdido la paciencia. No quería trabajar en esa canción de ninguna de las maneras, pensaba que no era una buena canción. Estaba muy frustrado, además, con las limitaciones técnicas de la demo. Así que, básicamente, se fue. Renunció, dijo «no quiero hacer esto», y es por eso por lo que «Now and Then» no había salido a la luz hasta ahora. Paul parece que tiene más fe en la canción de la que tenía George. Y creo que es únicamente gracias a Paul que este proyecto se ha impulsado ahora.
P: Tengo la impresión de que Paul quiere meterle mano a todo el material inédito, y proyectos pendientes de los Beatles, antes de morir. Quizá para que no tomen otros por él las decisiones de qué hacer con todo eso.
ML: Es posible, y suena razonable. Sabe que no tiene mucho más tiempo para hacerlo. Así que es el impulsor de proyectos como este, sí. Pero, por otro lado, no parece terminar de sentirse cómodo tomando el control. Como, por ejemplo, en el solo de guitarra de «Now and then» en el que usa la técnica del slide en homenaje a George, pero no acaba de meterse en sus zapatos, no termina de sonar a George Harrison.
P: Bueno, Mark, hablemos de la nueva canción. ¿Qué te parece?
ML: Me siento aliviado. Es un alivio que sea una buena canción, porque estaba preocupado. Escuchando la demo original de Lennon te das cuenta de que es un poco sensiblera, lenta, poco inspirada… Quiero decir, el propio John no la desarrolló. No pensó que mereciera la pena. Así que me preocupaba que como canción de los Beatles fuera a ser un poco aburrida, pero pienso se las han ingeniado para sacar de ahí un buen tema. Aunque ni mucho menos una cara A a la altura de los Beatles. Es lo que pasa cuando trabajas con un material, y tratas de que suene bien, cuando ese material no era necesariamente bueno en un principio. Creo que han hecho un buen trabajo, pero no tiene ninguna de las virtudes que tenían las canciones de los chicos en los 60. No tiene la emoción que desprendían. Te hace sentir triste, en lugar de transmitir positividad.
P: Hoy tenemos la suerte de poder charlar contigo en Sevilla, pero en el año 95, cuando se estaban produciendo las sesiones de grabación de Anthology, tú estabas allí. ¿Qué recuerdas de todo aquello? Especialmente de la grabación de las canciones, en el estudio de Paul.
ML: Sí, estuve involucrado en el proyecto y sé cuándo tuvieron lugar las sesiones de grabación de las canciones. Aunque no estuve presente. Y sé que, cuando llegaron a «Now and Then», George había perdido la paciencia. No quería trabajar en esa canción de ninguna de las maneras, pensaba que no era una buena canción. Estaba muy frustrado, además, con las limitaciones técnicas de la demo. Así que, básicamente, se fue. Renunció, dijo «no quiero hacer esto», y es por eso por lo que «Now and Then» no había salido a la luz hasta ahora. Paul parece que tiene más fe en la canción de la que tenía George. Y creo que es únicamente gracias a Paul que este proyecto se ha impulsado ahora.
P: Tengo la impresión de que Paul quiere meterle mano a todo el material inédito, y proyectos pendientes de los Beatles, antes de morir. Quizá para que no tomen otros por él las decisiones de qué hacer con todo eso.
ML: Es posible, y suena razonable. Sabe que no tiene mucho más tiempo para hacerlo. Así que es el impulsor de proyectos como este, sí. Pero, por otro lado, no parece terminar de sentirse cómodo tomando el control. Como, por ejemplo, en el solo de guitarra de «Now and then» en el que usa la técnica del slide en homenaje a George, pero no acaba de meterse en sus zapatos, no termina de sonar a George Harrison.
P: Es cierto, suena a Paul haciendo un slide más que a George. Ese solo es muy McCartney, en realidad.
ML: Sí, supongo. Pero es que es inevitable. Y no creo que Paul pueda controlarlo. El solo tiene la intención, el tempo y la energía propias de Paul intentando hacer su papel como Beatle superviviente. Lo mismo que Ringo, que toca la batería sin inventar nada nuevo, siendo simplemente Ringo. Como te decía, Paul la ha impulsado, pero no termina de encontrar su lugar en la canción. Podrían haberse ahorrado todo esto, pero no lo han hecho. Y, para mí, es un trabajo menor. Como un plato fuera de carta, pero ni mucho menos parte del menú principal de los Beatles.
P: Volviendo a 1995, a cuando trabajaste en el proyecto Anthology (libro, documental, discos…) ¿Cómo terminaste metido ahí?
ML: Me contrataron los Beatles, a través de Apple, para trabajar en el documental, que se emitió como especiales televisivos, como asesor. Pero también me contrató EMI para que ayudase a George Martin con el material que iría en los CD. Así que estuve involucrado en las dos áreas.
P: ¿Y no trabajaste en el libro de Anthology?
ML: No, hice un pequeño editorial y poco más. Es decir, también estuve trabajando en el libro pero no muy a fondo. Piensa que fue un trabajo de varios años. Lo que sí hice fue echar una mano a los equipos que trabajaban en él. Estoy muy contento con el resultado, me parece un buen libro. Anthology en general, tanto el libro como los discos y el documental, me parece un proyecto brillante de principio a fin. Y si me hubiese encargado yo, no habríamos llegado a tiempo porque era mucho material y solo teníamos seis años para acabarlo todo.
ML: Sí, supongo. Pero es que es inevitable. Y no creo que Paul pueda controlarlo. El solo tiene la intención, el tempo y la energía propias de Paul intentando hacer su papel como Beatle superviviente. Lo mismo que Ringo, que toca la batería sin inventar nada nuevo, siendo simplemente Ringo. Como te decía, Paul la ha impulsado, pero no termina de encontrar su lugar en la canción. Podrían haberse ahorrado todo esto, pero no lo han hecho. Y, para mí, es un trabajo menor. Como un plato fuera de carta, pero ni mucho menos parte del menú principal de los Beatles.
P: Volviendo a 1995, a cuando trabajaste en el proyecto Anthology (libro, documental, discos…) ¿Cómo terminaste metido ahí?
ML: Me contrataron los Beatles, a través de Apple, para trabajar en el documental, que se emitió como especiales televisivos, como asesor. Pero también me contrató EMI para que ayudase a George Martin con el material que iría en los CD. Así que estuve involucrado en las dos áreas.
P: ¿Y no trabajaste en el libro de Anthology?
ML: No, hice un pequeño editorial y poco más. Es decir, también estuve trabajando en el libro pero no muy a fondo. Piensa que fue un trabajo de varios años. Lo que sí hice fue echar una mano a los equipos que trabajaban en él. Estoy muy contento con el resultado, me parece un buen libro. Anthology en general, tanto el libro como los discos y el documental, me parece un proyecto brillante de principio a fin. Y si me hubiese encargado yo, no habríamos llegado a tiempo porque era mucho material y solo teníamos seis años para acabarlo todo.
P: No era la primera vez que trabajabas para los Beatles, tú ya llevabas un tiempo trabajando con Paul McCartney, ¿no?
ML: Sí, la primera vez que trabajé con Paul fue en 1987. Me contrató para ayudarle con su autobiografía. Al final no la hizo, pero tardó como cinco o seis años en decidirse a abandonar del todo la idea. Así que, durante ese tiempo, como tenía un contrato firmado con él, hice otras muchas cosas para Paul. Cuando te he contado que me contrataron a la vez Apple y EMI para trabajar en Anthology, ¡también estaba trabajando al mismo tiempo con Paul en sus proyectos! Y yo creo que eso afectó a su relación con George, al que no le hacía gracia pensar que, en realidad, yo no trabajaba para los Beatles sino para Paul. A ver, en aquel momento no se llevaban muy bien que digamos. George era desagradable con Paul todo el tiempo. Le buscaba, le irritaba a propósito y hasta parecía disfrutar con ello.
George era el yin y el yan. Podía ser tu mejor amigo, o tu peor enemigo. No había término medio. Y no solía cambiar de opinión. Así que humillaba constantemente a Paul, conscientemente, y eso terminó por molestar a McCartney. George también me humillaba a mí, por extensión. Y, pese a todo, Paul me pedía que le ignorase. Me decía que no me preocupase por lo que pudiera decir. Pero yo me preocupaba, ¿cómo no hacerlo?
Mira, al final para poder hacer Anthology con esa tensión había que negociarlo todo. Era un tira y afloja. Así pasaba también con la elección de las personas que trabajábamos en el proyecto. Por ejemplo, Paul quería a George Martin pero George quería a Jeff Lynne para producir las nuevas canciones. A Martin no le sentó muy bien, pero había que respetar el voto de George Harrison. Que, por cierto, no quería a Geoff Emerick (ingeniero de sonido de los Beatles), pero Paul sí le quería y esa batalla la ganó.
P: ¿Y Ringo no tenía voz ni voto?
ML: Sí, pero no los usaba. Siempre decía algo como «lo que decidáis estará bien». No porque no tuviese nada que decir, sino porque tenía otras prioridades que no eran esas batallas. Y, además, compartía con Paul la visión global respecto a Anthology. En lo que a mí respecta, Paul le dijo a George que escogiese al diseñador del proyecto que él me escogía a mí para trabajar con ellos. Lo uno por lo otro, así que Harrison tuvo que aceptar. Pero ahora, pasado el tiempo, no sé si fue una buena idea.
ML: Sí, la primera vez que trabajé con Paul fue en 1987. Me contrató para ayudarle con su autobiografía. Al final no la hizo, pero tardó como cinco o seis años en decidirse a abandonar del todo la idea. Así que, durante ese tiempo, como tenía un contrato firmado con él, hice otras muchas cosas para Paul. Cuando te he contado que me contrataron a la vez Apple y EMI para trabajar en Anthology, ¡también estaba trabajando al mismo tiempo con Paul en sus proyectos! Y yo creo que eso afectó a su relación con George, al que no le hacía gracia pensar que, en realidad, yo no trabajaba para los Beatles sino para Paul. A ver, en aquel momento no se llevaban muy bien que digamos. George era desagradable con Paul todo el tiempo. Le buscaba, le irritaba a propósito y hasta parecía disfrutar con ello.
George era el yin y el yan. Podía ser tu mejor amigo, o tu peor enemigo. No había término medio. Y no solía cambiar de opinión. Así que humillaba constantemente a Paul, conscientemente, y eso terminó por molestar a McCartney. George también me humillaba a mí, por extensión. Y, pese a todo, Paul me pedía que le ignorase. Me decía que no me preocupase por lo que pudiera decir. Pero yo me preocupaba, ¿cómo no hacerlo?
Mira, al final para poder hacer Anthology con esa tensión había que negociarlo todo. Era un tira y afloja. Así pasaba también con la elección de las personas que trabajábamos en el proyecto. Por ejemplo, Paul quería a George Martin pero George quería a Jeff Lynne para producir las nuevas canciones. A Martin no le sentó muy bien, pero había que respetar el voto de George Harrison. Que, por cierto, no quería a Geoff Emerick (ingeniero de sonido de los Beatles), pero Paul sí le quería y esa batalla la ganó.
P: ¿Y Ringo no tenía voz ni voto?
ML: Sí, pero no los usaba. Siempre decía algo como «lo que decidáis estará bien». No porque no tuviese nada que decir, sino porque tenía otras prioridades que no eran esas batallas. Y, además, compartía con Paul la visión global respecto a Anthology. En lo que a mí respecta, Paul le dijo a George que escogiese al diseñador del proyecto que él me escogía a mí para trabajar con ellos. Lo uno por lo otro, así que Harrison tuvo que aceptar. Pero ahora, pasado el tiempo, no sé si fue una buena idea.
P: Siempre he tenido curiosidad, Mark, acerca de cómo empieza uno a dedicarse profesionalmente a trabajar como investigador musical. O cómo es ese momento en que un beatle reconoce tu trabajo por primera vez, y cómo lo viviste.
ML: Pues mira, sobre 1981 o 1982 EMI Records empezó a consultarme datos. Y, obviamente, eso me hacía sentir muy orgulloso. Pero la primera vez que uno de los Beatles me reconoció fue cuando mi primer libro salió a la venta en 1986. Se llamaba The Beatles Live!, y Paul se me acercó en una fiesta para decirme que lo había leído y le había gustado mucho. Se alegró de conocerme, y me dijo que mi libro se había convertido en su favorito sobre los Beatles. Imagínate cómo me sentí.
Un año después, en 1987, EMI me pidió que escribiera un libro sobre las sesiones de grabación de los Beatles. Nos habíamos caído tan bien que escribí a Paul para preguntarle si le podía entrevistar para el libro. Como ya nos conocíamos, y le había gustado mi trabajo, me dijo que sí. Y empezamos a llevarnos tan bien que un día me llamaron de su oficina para ofrecerme el proyecto de la autobiografía. Me dijeron que Paul quería que le ayudase con eso. Yo contesté que sí, que fantástico. Me hizo un contrato, uno muy bueno, así que estaba encantado. Y empezamos. Nunca terminamos, porque él tenía otras muchas cosas en la cabeza. Pero mi contrato se iba alargando en el tiempo. Al final, entre una cosa y otra, estuve trabajando estrechamente con Paul unos quince años. ¡Y fue una pasada! Iba a las sesiones de grabación con él, a fiestas, a rodajes… vivimos muchos momentos agradables juntos. Lo disfruté mucho. Le pude entrevistar muchas veces, incluso en programas de televisión, escribí anotaciones para sus discos… pero todo eso terminó, «all things must pass»
P: Recuerdo un programa de televisión en el que le preguntaron a Paul un detalle de su propia vida, y él respondió «pregúntale a Mark Lewisohn»
ML: Sí. Era un poco raro, a veces. En una ocasión, por ejemplo, trabajé con George Martin en un documental para la televisión sobre Sgt. Pepper. Pero también seguía trabajando con Paul. Así que ahí estábamos, en Abbey Road entrevistando a McCartney con todo el equipo, las cámaras de televisión y todo lo demás. Entonces el director del documental me dice que le avise si Paul mete la pata con algún dato, para poder pedirle que repitiese su respuesta con el dato correcto. Me quedé ahí sentado, con la esperanza de no tener que intervenir. Pero Paul dijo que tuvo la idea de hacer el disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band volando de regreso de Estados Unidos. Y yo sabía que eso no había sucedido así. A ver, no estaba allí, pero sé que tuvo la idea volviendo de Nairobi. De hecho, no voló a Estados Unidos hasta que Sgt. Pepper no estuvo terminado. Y, en el viaje de vuelta, ya estaba pensando en el Magical Mystery Tour. Normalmente dejo pasar estos detalles, realmente no son tan importantes. Excepto si le están grabando para un documental sobre los 25 años del Sgt. Pepper que iba a emitirse por televisión. Así que, mientras el camarógrafo cambiaba el rollo de película, me acerqué al director y le dije «Paul venía de vuelta de Nairobi y no de Estados Unidos cuando tuvo la idea del álbum, no sé qué quieres hacer al respecto». Y va el director y le suelta «Paul, Mark dice que no lo entendiste bien. Que la idea no la tuviste cuando volabas de vuelta de Estados Unidos». A lo que Paul me miró fijamente y contestó «Sí, sí la tuve». Fue un momento muy incómodo, difícil y embarazoso en el que quería que el suelo me tragara. No me despidió, pero no le hizo ni pizca de gracia. Y tuve que aprender cuándo decir algo y cuándo no. Pero, en ese lugar, mi trabajo era decir algo. Me pagaban por decir algo. Así que dije algo, y no cayó bien. A nadie le gusta que le corrijan.
P: Durante esos quince años trabajando tan estrechamente con Paul, ¿en algún momento sentiste que erais amigos?
ML: No. Podría decirte que teníamos una relación amistosa, pero no éramos amigos. Es decir, uno con sus amigos está en contacto a diario, hablas de muchas cosas y estás al tanto de sus vidas.
P: Tiene que ser difícil ser amigo de alguien como Paul McCartney, ¿no crees? No tiene pinta de tener muchos amigos.
ML: Cuando te haces famoso, es difícil determinar el verdadero valor de las amistades que te rodean. Si son amigos tuyos por quién eres como persona, o por quién eres como persona pública. A los famosos les pasa que pierden la confianza en su juicio, en su instinto para identificar a los amigos adecuados. Y para saber si la gente está siendo amable por los motivos correctos, o por motivos equivocados.
Así que no, Paul y yo nunca íbamos a ser amigos. Pero, ya te digo, teníamos una relación amable y amistosa. Quiero decir, he estado casado dos veces. Conoció a mis dos esposas, y era muy majo con ellas. Les decía cosas como «cuida bien de Mark», «me gusta Mark, es un buen tipo» y todo eso. Me preguntaba cómo estaba, o me preguntaba por mis hijos. De hecho, me envió regalos cuando nacieron. Cosas así. A ver, que yo sé que de esas cosas se encarga su oficina, realmente. Pero no lo habrían hecho si no hubiera sido su deseo. No veo a Paul en una tienda eligiendo un regalo para mi bebé. Eso lo hace su secretaria. Aun así, lo aprecié enormemente. Y me sentí muy orgulloso por esos detalles. Pero era una relación profesional, realmente, ¿sabes?
P: Pero, a ver Mark, ¿tú has tenido algún trabajo que no esté relacionado con los Beatles? ¿Qué hacías antes de salir tu primer libro, por ejemplo?
ML: Me convertí en historiador profesional de los Beatles en 1983. Y, antes de eso, tuve un trabajo, sí. En realidad, tenía dos trabajos a la vez. Entré a trabajar con dieciséis años a la BBC, cuando terminé la escuela. No fui a la universidad. Y pasé por diferentes puestos administrativos. Pero, a la vez, aproveché mi puesto de trabajo para comenzar a investigar sobre los Beatles en la biblioteca y el archivo de la propia BBC. Así que empecé mi investigación beatle en el trabajo. La BBC era un buen sitio para trabajar. Me sentía orgulloso de la BBC, de hecho todavía lo siento. Después de eso, me fui y entré a trabajar en la revista Music Week. Que es la revista comercial de la industria musical británica. Esa etapa estuvo muy bien, también. Llegué a comprender el funcionamiento de la industria musical, lo que me resultó muy útil, pero lo dejé en 1983 y desde entonces trabajo por mi cuenta.
P: Prácticamente toda tu vida profesional ha estado conectada con tu pasión por los Beatles ¿Cómo sabes entonces, por ejemplo, cuándo estás trabajando y cuándo de vacaciones?
ML: Nunca me ha resultado difícil. La gente que no entiende lo mucho que uno puede amar a los Beatles me pregunta si no me aburro. Es decir, investigando sobre los Beatles todos los días, siete días a la semana, trescientos sesenta y cinco días al año, prácticamente. Y no, no me aburro. No me aburro porque hay algo extraordinario en ellos, en los Beatles, que hace que el tema siga siendo interesante. Merecen ser investigados a fondo. Y es un honor hacerlo. Y nunca me aburro, aunque es cierto que es un tema que me deja poco tiempo libre. Porque estoy constantemente pensando sobre ello.
ML: Pues mira, sobre 1981 o 1982 EMI Records empezó a consultarme datos. Y, obviamente, eso me hacía sentir muy orgulloso. Pero la primera vez que uno de los Beatles me reconoció fue cuando mi primer libro salió a la venta en 1986. Se llamaba The Beatles Live!, y Paul se me acercó en una fiesta para decirme que lo había leído y le había gustado mucho. Se alegró de conocerme, y me dijo que mi libro se había convertido en su favorito sobre los Beatles. Imagínate cómo me sentí.
Un año después, en 1987, EMI me pidió que escribiera un libro sobre las sesiones de grabación de los Beatles. Nos habíamos caído tan bien que escribí a Paul para preguntarle si le podía entrevistar para el libro. Como ya nos conocíamos, y le había gustado mi trabajo, me dijo que sí. Y empezamos a llevarnos tan bien que un día me llamaron de su oficina para ofrecerme el proyecto de la autobiografía. Me dijeron que Paul quería que le ayudase con eso. Yo contesté que sí, que fantástico. Me hizo un contrato, uno muy bueno, así que estaba encantado. Y empezamos. Nunca terminamos, porque él tenía otras muchas cosas en la cabeza. Pero mi contrato se iba alargando en el tiempo. Al final, entre una cosa y otra, estuve trabajando estrechamente con Paul unos quince años. ¡Y fue una pasada! Iba a las sesiones de grabación con él, a fiestas, a rodajes… vivimos muchos momentos agradables juntos. Lo disfruté mucho. Le pude entrevistar muchas veces, incluso en programas de televisión, escribí anotaciones para sus discos… pero todo eso terminó, «all things must pass»
P: Recuerdo un programa de televisión en el que le preguntaron a Paul un detalle de su propia vida, y él respondió «pregúntale a Mark Lewisohn»
ML: Sí. Era un poco raro, a veces. En una ocasión, por ejemplo, trabajé con George Martin en un documental para la televisión sobre Sgt. Pepper. Pero también seguía trabajando con Paul. Así que ahí estábamos, en Abbey Road entrevistando a McCartney con todo el equipo, las cámaras de televisión y todo lo demás. Entonces el director del documental me dice que le avise si Paul mete la pata con algún dato, para poder pedirle que repitiese su respuesta con el dato correcto. Me quedé ahí sentado, con la esperanza de no tener que intervenir. Pero Paul dijo que tuvo la idea de hacer el disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band volando de regreso de Estados Unidos. Y yo sabía que eso no había sucedido así. A ver, no estaba allí, pero sé que tuvo la idea volviendo de Nairobi. De hecho, no voló a Estados Unidos hasta que Sgt. Pepper no estuvo terminado. Y, en el viaje de vuelta, ya estaba pensando en el Magical Mystery Tour. Normalmente dejo pasar estos detalles, realmente no son tan importantes. Excepto si le están grabando para un documental sobre los 25 años del Sgt. Pepper que iba a emitirse por televisión. Así que, mientras el camarógrafo cambiaba el rollo de película, me acerqué al director y le dije «Paul venía de vuelta de Nairobi y no de Estados Unidos cuando tuvo la idea del álbum, no sé qué quieres hacer al respecto». Y va el director y le suelta «Paul, Mark dice que no lo entendiste bien. Que la idea no la tuviste cuando volabas de vuelta de Estados Unidos». A lo que Paul me miró fijamente y contestó «Sí, sí la tuve». Fue un momento muy incómodo, difícil y embarazoso en el que quería que el suelo me tragara. No me despidió, pero no le hizo ni pizca de gracia. Y tuve que aprender cuándo decir algo y cuándo no. Pero, en ese lugar, mi trabajo era decir algo. Me pagaban por decir algo. Así que dije algo, y no cayó bien. A nadie le gusta que le corrijan.
P: Durante esos quince años trabajando tan estrechamente con Paul, ¿en algún momento sentiste que erais amigos?
ML: No. Podría decirte que teníamos una relación amistosa, pero no éramos amigos. Es decir, uno con sus amigos está en contacto a diario, hablas de muchas cosas y estás al tanto de sus vidas.
P: Tiene que ser difícil ser amigo de alguien como Paul McCartney, ¿no crees? No tiene pinta de tener muchos amigos.
ML: Cuando te haces famoso, es difícil determinar el verdadero valor de las amistades que te rodean. Si son amigos tuyos por quién eres como persona, o por quién eres como persona pública. A los famosos les pasa que pierden la confianza en su juicio, en su instinto para identificar a los amigos adecuados. Y para saber si la gente está siendo amable por los motivos correctos, o por motivos equivocados.
Así que no, Paul y yo nunca íbamos a ser amigos. Pero, ya te digo, teníamos una relación amable y amistosa. Quiero decir, he estado casado dos veces. Conoció a mis dos esposas, y era muy majo con ellas. Les decía cosas como «cuida bien de Mark», «me gusta Mark, es un buen tipo» y todo eso. Me preguntaba cómo estaba, o me preguntaba por mis hijos. De hecho, me envió regalos cuando nacieron. Cosas así. A ver, que yo sé que de esas cosas se encarga su oficina, realmente. Pero no lo habrían hecho si no hubiera sido su deseo. No veo a Paul en una tienda eligiendo un regalo para mi bebé. Eso lo hace su secretaria. Aun así, lo aprecié enormemente. Y me sentí muy orgulloso por esos detalles. Pero era una relación profesional, realmente, ¿sabes?
P: Pero, a ver Mark, ¿tú has tenido algún trabajo que no esté relacionado con los Beatles? ¿Qué hacías antes de salir tu primer libro, por ejemplo?
ML: Me convertí en historiador profesional de los Beatles en 1983. Y, antes de eso, tuve un trabajo, sí. En realidad, tenía dos trabajos a la vez. Entré a trabajar con dieciséis años a la BBC, cuando terminé la escuela. No fui a la universidad. Y pasé por diferentes puestos administrativos. Pero, a la vez, aproveché mi puesto de trabajo para comenzar a investigar sobre los Beatles en la biblioteca y el archivo de la propia BBC. Así que empecé mi investigación beatle en el trabajo. La BBC era un buen sitio para trabajar. Me sentía orgulloso de la BBC, de hecho todavía lo siento. Después de eso, me fui y entré a trabajar en la revista Music Week. Que es la revista comercial de la industria musical británica. Esa etapa estuvo muy bien, también. Llegué a comprender el funcionamiento de la industria musical, lo que me resultó muy útil, pero lo dejé en 1983 y desde entonces trabajo por mi cuenta.
P: Prácticamente toda tu vida profesional ha estado conectada con tu pasión por los Beatles ¿Cómo sabes entonces, por ejemplo, cuándo estás trabajando y cuándo de vacaciones?
ML: Nunca me ha resultado difícil. La gente que no entiende lo mucho que uno puede amar a los Beatles me pregunta si no me aburro. Es decir, investigando sobre los Beatles todos los días, siete días a la semana, trescientos sesenta y cinco días al año, prácticamente. Y no, no me aburro. No me aburro porque hay algo extraordinario en ellos, en los Beatles, que hace que el tema siga siendo interesante. Merecen ser investigados a fondo. Y es un honor hacerlo. Y nunca me aburro, aunque es cierto que es un tema que me deja poco tiempo libre. Porque estoy constantemente pensando sobre ello.
Los Beatles siempre han sido una banda que, si vas por la calle, y le preguntas a cualquiera si puede nombrar a los cuatro… seguramente pueda. Puede que no piensen mucho en los Beatles en su vida diaria, pero conocen sus nombres. Esto no pasa con ninguna otra banda. Ni había pasado, ni creo que vaya a volver a pasar. Creo, además, que hay un buen nivel de conocimiento general acerca de los Beatles. La gente sabe que son de Liverpool y que tocaban en un lugar llamado The Cavern. Incluso llegan a saber que su mánager se llamaba Brian Epstein y su productor George Martin. Al final, Brian Epstein es el mánager más famoso, George Martin el productor más famoso y ellos son la banda más famosa del mundo. También es vox populi que estuvieron juntos, como banda, durante la década de los 60. Y que se separaron después de unos diez años de carrera. Se sabe que hicieron una película llamada «A Hard Day’s Night», un disco llamado «Sgt. Pepper»… Todo eso es cultura popular, lo sabe todo el mundo. Aunque no piensen a menudo en los Beatles.
Pero la belleza más profunda de los Beatles está en los detalles más profundos, los más escondidos, los más pequeños. Es un honor, y un placer, tener el trabajo de encontrar esos detalles y escribirlos para que otras personas disfruten, ya sabes. Hay un tipo de fan que encuentra cosas y le gusta guardarlas para sí mismo. Como diciendo «yo tengo ese dato y nadie más puede saberlo». Pero siento que los Beatles son para todos. Así que hay que compartirlo todo. Porque cuanto más sabemos de ellos, más los amamos. O, al menos, tenemos mayor capacidad de amarlos. Su historia es milagrosa.
Pero la belleza más profunda de los Beatles está en los detalles más profundos, los más escondidos, los más pequeños. Es un honor, y un placer, tener el trabajo de encontrar esos detalles y escribirlos para que otras personas disfruten, ya sabes. Hay un tipo de fan que encuentra cosas y le gusta guardarlas para sí mismo. Como diciendo «yo tengo ese dato y nadie más puede saberlo». Pero siento que los Beatles son para todos. Así que hay que compartirlo todo. Porque cuanto más sabemos de ellos, más los amamos. O, al menos, tenemos mayor capacidad de amarlos. Su historia es milagrosa.
P: Se han dado muchas explicaciones, a lo largo de los años, a los comportamientos y decisiones que tomaron los Beatles durante su carrera. Como cuando dejaron plantada una recepción con Imelda Marcos, o respecto a la letra de algunas de sus canciones. Hay quien ve una inclinación política, pero otros vemos simplemente una escala de valores, una manera de entender el mundo. Una madurez impropia de la edad que tenían.
ML: Ellos tenían un instinto infalible, pero infalible. Por ejemplo, para saber con qué personas pasar el rato, y cuánto tiempo debían permanecer en un lugar determinado. Confiaban en ese instinto, y no les fallaba. Eran muy perceptivos… Y me gusta el hecho de que se entusiasmasen por las cosas colectivamente, todos juntos. De modo que si uno de ellos disfrutaba con algo, todos lo hacían. Tenían intereses en común. Todos se interesaban por la misma ropa, los mismos lugares o los mismos clubes. Eran jóvenes muy inusuales. Su manera de ser es algo que no se puede diseñar, solo puede ocurrir orgánicamente. Eran, en mi opinión, lo mejor de todo arte. La danza es arte. La música es arte, la pintura o el dibujo son arte. O la arquitectura. Arte es cualquier cosa en la que se vuelque el espíritu creativo. Pero no creo que ningún arte, en ningún tipo de arte, en ninguna esfera, haya conectado nunca con el público como lo han hecho los Beatles. Haya enriquecido el espíritu humano como lo han hecho los Beatles. No hay nada que haya durado tanto, y con tanta fuerza. Es decir, seguimos leyendo a Shakespeare después de más de cuatrocientos años, pero Shakespeare no es para las masas. Es una cosa de minorías. Es algo que cala hondo en una minoría, pero los Beatles han llegado a la conciencia de la mayoría durante varias generaciones, y eso solo puede ocurrir si el espíritu que hay dentro es el adecuado. O, al menos, eso creo.
P: Y, lo curioso, es que ellos no hacían música intentando conectar con el público sino con el único propósito de hacer la mejor música posible. De otro modo, habrían terminado haciendo el mismo disco una y otra vez, como tantas bandas de éxito.
ML: Tienes mucha razón, Marta. Su motivación principal era complacerse a ellos mismos.
ML: Ellos tenían un instinto infalible, pero infalible. Por ejemplo, para saber con qué personas pasar el rato, y cuánto tiempo debían permanecer en un lugar determinado. Confiaban en ese instinto, y no les fallaba. Eran muy perceptivos… Y me gusta el hecho de que se entusiasmasen por las cosas colectivamente, todos juntos. De modo que si uno de ellos disfrutaba con algo, todos lo hacían. Tenían intereses en común. Todos se interesaban por la misma ropa, los mismos lugares o los mismos clubes. Eran jóvenes muy inusuales. Su manera de ser es algo que no se puede diseñar, solo puede ocurrir orgánicamente. Eran, en mi opinión, lo mejor de todo arte. La danza es arte. La música es arte, la pintura o el dibujo son arte. O la arquitectura. Arte es cualquier cosa en la que se vuelque el espíritu creativo. Pero no creo que ningún arte, en ningún tipo de arte, en ninguna esfera, haya conectado nunca con el público como lo han hecho los Beatles. Haya enriquecido el espíritu humano como lo han hecho los Beatles. No hay nada que haya durado tanto, y con tanta fuerza. Es decir, seguimos leyendo a Shakespeare después de más de cuatrocientos años, pero Shakespeare no es para las masas. Es una cosa de minorías. Es algo que cala hondo en una minoría, pero los Beatles han llegado a la conciencia de la mayoría durante varias generaciones, y eso solo puede ocurrir si el espíritu que hay dentro es el adecuado. O, al menos, eso creo.
P: Y, lo curioso, es que ellos no hacían música intentando conectar con el público sino con el único propósito de hacer la mejor música posible. De otro modo, habrían terminado haciendo el mismo disco una y otra vez, como tantas bandas de éxito.
ML: Tienes mucha razón, Marta. Su motivación principal era complacerse a ellos mismos.
Su deseo de seguir adelante, de no repetirse sino de hacer siempre algo nuevo; eso nacía de ellos mismos. Y no les importaba especialmente si el público les seguía. Tenían que hacer lo que tenían que hacer. Y sucedió que el público les siguió siempre. Eso habla de la extraordinaria valentía de los Beatles. Con los Beatles lo que veías era lo que había.
No había nada artificial en ellos. Y, al final, eran cuatro jóvenes del norte de Inglaterra, bebés de la guerra, que crecieron en la privación, con muy pocos lujos, que sentían pasión por la música que vino de Estados Unidos. Una música que iluminó sus vidas cuando eran adolescentes, y les inspiró para tocar instrumentos y, en el caso de John y Paul, para escribir canciones. Siempre sintieron pasión por la creación musical. Siempre se mantuvieron fieles a ellos mismos. Si alguno se ponía un poco cabezón, y empezaba a pensar demasiado en sí mismo, los otros le paraban los pies. Le decían «oye, somos cuatro aquí, cálmate». Eran la fuerza del otro. Eran más que la suma de sus partes. Eran cuatro, pero cuando se juntaron, de alguna manera, crearon algo que era realmente extraordinario. Y eso se debió puramente a la química.
P: Pero no eran perfectos.
ML: En otros aspectos, tenían los valores de los hombres de su tiempo. Nacieron en el norte de Inglaterra en los años 40, y su modelo a seguir eran hombres adultos nacidos entre 1900 y 1920. Es decir, el padre de Paul McCartney nació en 1902, el de John Lennon en 1912. Entonces ellos se criaron bajo la influencia de la literatura de los años 50, y las películas de Hollywood de la época. Así que tenían una actitud hacia las mujeres que hoy estaría fuera de lugar. La tenían, aunque no fuera tanto culpa suya como de su entorno. Todos somos producto de nuestro entorno. Pero ellos tuvieron el sentido común de aprender. De modo que aunque John Lennon era inicialmente… tenía la típica actitud machista sobre las mujeres cuando estaba creciendo, solo diez años después se convirtió en abanderado de la causa feminista. Eso vino a través del desarrollo personal, del crecimiento personal. Y no muchos hombres jóvenes tienen una capacidad de crecimiento personal como esa. La mayoría de los jóvenes mantienen sus opiniones durante toda la vida.
P: John y Paul perdieron a sus madres muy jóvenes, ¿quizá eso provocó que conectaran de una manera tan fuerte?
ML: Tiene sentido. Ambos sabían, por supuesto, que el otro había perdido a su madre. Y solían disfrutar avergonzando a la gente que venía a hablar con ellos sobre lo que fuera. Si les preguntaban «¿qué piensa tu madre de esto?», contestaban, sin rodeos, «oh, está muerta» con el fin de ver a esa persona pasar un mal rato. Para hacer que se sintiera incómoda. Solo como un entretenimiento privado, entre ellos. Mira, tenían una química tan extraordinaria. No me extrañaría que esas pérdidas fueran uno de los elementos de unión. No sé. Dice Mike McCartney, el hermano de Paul, que si su madre hubiera vivido, Paul nunca habría sido un Beatle. Y estoy de acuerdo. Porque ella le habría hecho dejar de tocar la guitarra, le habría hecho estudiar, le habría hecho ser profesor o médico. O lo que ella quisiera que fuese, como haría una madre orgullosa.
P: Hablando de madres, Mark. ¿Crees que la historia de Julia, la madre de John Lennon, se ha contado correctamente?
No sé si hemos conseguido conocer a Julia realmente. Hice todo lo que pude en mi libro para dar una imagen completa de ella. El problema, con muchos de los libros sobre personas concretas, es que están escritos por autores que tienen un interés personal en dirigir la historia de la forma en que les gustaría que se entendiera. Esto pasa por ejemplo con los libros de su hija, Julia Baird, que me parece que no son imparciales, están desequilibrados. Especialmente en el caso del tercer libro. Así que, en mi caso, traté de escribir sobre ella de manera honesta, pero por supuesto nunca la conocí. Por lo que no puedo saber si la entendí bien o no. Tal vez no lo hice. Pero intenté contarlo de forma neutral. La pregunta es quién puede escribir sobre ella como es debido si no queda vivo casi nadie que la hubiera tratado. Murió hace sesenta y cinco años.
P: Respecto a que John Lennon, de pequeño, se fuera a vivir con su tía Mimi, en las biografías encontramos distintas versiones. Una de ellas dice que Julia se vio forzada por su hermana para dejar a su hijo, en contra de su voluntad. ¿Qué opinas al respecto?
ML: No. ¿Cómo puede alguien alejar a un niño de su madre? A menos que la madre cooperase, no era posible. No importa cuán contundente haya sido Mimi. Por supuesto que Julia fue cómplice. Por supuesto que lo fue. Yo partía de la idea de que Mimi le robó el niño a su madre, que era además su propia hermana. Porque una madre tiene el derecho natural de criar a sus hijos. Pero no tenemos constancia de que Julia se quejase de ello, en absoluto. Creo que fue un arreglo, que se pusieron de acuerdo para hacerlo así. Tengo entendido que se está escribiendo un libro sobre Mimi. Y me preocupa eso también. Tengo la sensación de que el problema de los libros escritos por personas con una intención previa, es que pueden interferir sobre el equilibrio de la historia. Por eso hago muchos esfuerzos para permanecer neutral. Algunos dirán que, a veces, no lo consigo, pero me esfuerzo mucho por ser neutral. Y solo escribo la verdad, tal y como he podido averiguarla. No creo que sea parcial en absoluto. Mimi fue muy importante para John. Le dio una estabilidad y una seguridad que no hubiera tenido si hubiera sido criado por Julia, quien estaba claramente un poco desequilibrada.
Me parece que John Lennon fue el producto de sus dos «madres», y su padre. Tuvo una madre muy poco convencional, tuvo un padre muy poco convencional, y produjeron un niño muy poco convencional al que luego una tía severa, pero cariñosa y divertida, le dio algo de arraigo, fiabilidad y estabilidad. Mimi le introdujo en la literatura, le enseñó valores, le enseñó cortesía y respeto. Pero John siempre conservó esa impronta de sus padres, todo el tiempo. Así que es producto de los tres: sus padres, y Mimi. Creo que, sin ella, John habría sido tan voluble y tan poco convencional que no habría podido mantenerse en su sitio en algunas situaciones que le tocó vivir. Pero si hubiera sido criado solo por Mimi, si hubiera sido el hijo de Mimi, podría haber sido un poco aburrido. Tal vez, la mezcla de los tres era la combinación perfecta.
P: Podríamos pasarnos horas repasando aspectos de la vida de los Beatles, Mark. Así que, ¿qué te parece si volvemos a la actualidad? «Now and Then». ¿Has podido ver el minidocumental? ¿Qué recuerdas de aquellos días de 1995 en los que se grabaron las imágenes de George, Paul y Ringo que aparecen en él?
ML: Es divertido ver las imágenes, porque las imágenes dan la impresión de pura alegría.
No había nada artificial en ellos. Y, al final, eran cuatro jóvenes del norte de Inglaterra, bebés de la guerra, que crecieron en la privación, con muy pocos lujos, que sentían pasión por la música que vino de Estados Unidos. Una música que iluminó sus vidas cuando eran adolescentes, y les inspiró para tocar instrumentos y, en el caso de John y Paul, para escribir canciones. Siempre sintieron pasión por la creación musical. Siempre se mantuvieron fieles a ellos mismos. Si alguno se ponía un poco cabezón, y empezaba a pensar demasiado en sí mismo, los otros le paraban los pies. Le decían «oye, somos cuatro aquí, cálmate». Eran la fuerza del otro. Eran más que la suma de sus partes. Eran cuatro, pero cuando se juntaron, de alguna manera, crearon algo que era realmente extraordinario. Y eso se debió puramente a la química.
P: Pero no eran perfectos.
ML: En otros aspectos, tenían los valores de los hombres de su tiempo. Nacieron en el norte de Inglaterra en los años 40, y su modelo a seguir eran hombres adultos nacidos entre 1900 y 1920. Es decir, el padre de Paul McCartney nació en 1902, el de John Lennon en 1912. Entonces ellos se criaron bajo la influencia de la literatura de los años 50, y las películas de Hollywood de la época. Así que tenían una actitud hacia las mujeres que hoy estaría fuera de lugar. La tenían, aunque no fuera tanto culpa suya como de su entorno. Todos somos producto de nuestro entorno. Pero ellos tuvieron el sentido común de aprender. De modo que aunque John Lennon era inicialmente… tenía la típica actitud machista sobre las mujeres cuando estaba creciendo, solo diez años después se convirtió en abanderado de la causa feminista. Eso vino a través del desarrollo personal, del crecimiento personal. Y no muchos hombres jóvenes tienen una capacidad de crecimiento personal como esa. La mayoría de los jóvenes mantienen sus opiniones durante toda la vida.
P: John y Paul perdieron a sus madres muy jóvenes, ¿quizá eso provocó que conectaran de una manera tan fuerte?
ML: Tiene sentido. Ambos sabían, por supuesto, que el otro había perdido a su madre. Y solían disfrutar avergonzando a la gente que venía a hablar con ellos sobre lo que fuera. Si les preguntaban «¿qué piensa tu madre de esto?», contestaban, sin rodeos, «oh, está muerta» con el fin de ver a esa persona pasar un mal rato. Para hacer que se sintiera incómoda. Solo como un entretenimiento privado, entre ellos. Mira, tenían una química tan extraordinaria. No me extrañaría que esas pérdidas fueran uno de los elementos de unión. No sé. Dice Mike McCartney, el hermano de Paul, que si su madre hubiera vivido, Paul nunca habría sido un Beatle. Y estoy de acuerdo. Porque ella le habría hecho dejar de tocar la guitarra, le habría hecho estudiar, le habría hecho ser profesor o médico. O lo que ella quisiera que fuese, como haría una madre orgullosa.
P: Hablando de madres, Mark. ¿Crees que la historia de Julia, la madre de John Lennon, se ha contado correctamente?
No sé si hemos conseguido conocer a Julia realmente. Hice todo lo que pude en mi libro para dar una imagen completa de ella. El problema, con muchos de los libros sobre personas concretas, es que están escritos por autores que tienen un interés personal en dirigir la historia de la forma en que les gustaría que se entendiera. Esto pasa por ejemplo con los libros de su hija, Julia Baird, que me parece que no son imparciales, están desequilibrados. Especialmente en el caso del tercer libro. Así que, en mi caso, traté de escribir sobre ella de manera honesta, pero por supuesto nunca la conocí. Por lo que no puedo saber si la entendí bien o no. Tal vez no lo hice. Pero intenté contarlo de forma neutral. La pregunta es quién puede escribir sobre ella como es debido si no queda vivo casi nadie que la hubiera tratado. Murió hace sesenta y cinco años.
P: Respecto a que John Lennon, de pequeño, se fuera a vivir con su tía Mimi, en las biografías encontramos distintas versiones. Una de ellas dice que Julia se vio forzada por su hermana para dejar a su hijo, en contra de su voluntad. ¿Qué opinas al respecto?
ML: No. ¿Cómo puede alguien alejar a un niño de su madre? A menos que la madre cooperase, no era posible. No importa cuán contundente haya sido Mimi. Por supuesto que Julia fue cómplice. Por supuesto que lo fue. Yo partía de la idea de que Mimi le robó el niño a su madre, que era además su propia hermana. Porque una madre tiene el derecho natural de criar a sus hijos. Pero no tenemos constancia de que Julia se quejase de ello, en absoluto. Creo que fue un arreglo, que se pusieron de acuerdo para hacerlo así. Tengo entendido que se está escribiendo un libro sobre Mimi. Y me preocupa eso también. Tengo la sensación de que el problema de los libros escritos por personas con una intención previa, es que pueden interferir sobre el equilibrio de la historia. Por eso hago muchos esfuerzos para permanecer neutral. Algunos dirán que, a veces, no lo consigo, pero me esfuerzo mucho por ser neutral. Y solo escribo la verdad, tal y como he podido averiguarla. No creo que sea parcial en absoluto. Mimi fue muy importante para John. Le dio una estabilidad y una seguridad que no hubiera tenido si hubiera sido criado por Julia, quien estaba claramente un poco desequilibrada.
Me parece que John Lennon fue el producto de sus dos «madres», y su padre. Tuvo una madre muy poco convencional, tuvo un padre muy poco convencional, y produjeron un niño muy poco convencional al que luego una tía severa, pero cariñosa y divertida, le dio algo de arraigo, fiabilidad y estabilidad. Mimi le introdujo en la literatura, le enseñó valores, le enseñó cortesía y respeto. Pero John siempre conservó esa impronta de sus padres, todo el tiempo. Así que es producto de los tres: sus padres, y Mimi. Creo que, sin ella, John habría sido tan voluble y tan poco convencional que no habría podido mantenerse en su sitio en algunas situaciones que le tocó vivir. Pero si hubiera sido criado solo por Mimi, si hubiera sido el hijo de Mimi, podría haber sido un poco aburrido. Tal vez, la mezcla de los tres era la combinación perfecta.
P: Podríamos pasarnos horas repasando aspectos de la vida de los Beatles, Mark. Así que, ¿qué te parece si volvemos a la actualidad? «Now and Then». ¿Has podido ver el minidocumental? ¿Qué recuerdas de aquellos días de 1995 en los que se grabaron las imágenes de George, Paul y Ringo que aparecen en él?
ML: Es divertido ver las imágenes, porque las imágenes dan la impresión de pura alegría.
Que les encanta estar los unos con los otros todo el tiempo. Y que todo era de color de rosa. Pero la realidad es que la tensión se mascaba en el ambiente. Hubo discusiones, delante de las cámaras, entre George Harrison y Paul McCartney. Discusiones que, probablemente, nunca saldrán a la luz. Aunque me consta que fueron filmadas. Discutían por todo, incluso acerca de mí. Nunca pude ver el material grabado, me encantaría verlo. Porque sé que se grabó. Pero intentaron maquillar la realidad, hacer que todo pareciera feliz y encantador. Cuando en realidad era todo muy tenso.
Se da una versión más cercana a la realidad en el documental de 2012 sobre Jeff Lynne, Mr. Blue Sky, en el que el propio Lynne, pero también Paul y Ringo, hablan de las sesiones de grabación de «Real Love», «Free as a Bird» y «Now and Then». Y Paul se muestra encantadoramente sincero al hablar sobre los egos, y las dificultades que tuvieron en esas sesiones. Pero, por supuesto, ahora tienden a utilizar solo las partes felices. Me encantaría ver el resto también. Creo que todo es relevante y válido. Y ojalá algún día veamos el resto. No creo que sea malo ver a la gente en desacuerdo. Pero por supuesto que quieren preservar una imagen de que todo es maravilloso.
P: ¿Qué papel jugó en esas sesiones de 1995 George Martin? Porque ya se trasluce en el documental Get Back de Peter Jackson que no siempre le respetaron como productor.
ML: Durante el White Album la relación de los Beatles con George Martin se deterioró. Nadie habla acerca de ello, pero así fue. Los Beatles aprendían rápido, así que no tardaron mucho en sentirse incómodos con una figura paterna dentro del estudio. Y George Martin era una especie de figura paterna. Obviamente era brillante, y un gran activo en el proceso creativo de los Beatles. Pero, al mismo tiempo, era bueno para ellos trabajar también sin su supervisión. Eso pasó durante la grabación del álbum blanco, The Beatles, que George Martin estaba de vacaciones y los chicos tuvieron una racha muy productiva sin él. Las canciones de ese disco no tienen ninguna producción de Martin, aunque su nombre aparezca en ellas. Es que ni siquiera estuvo allí. Terminaron el álbum blanco a mediados de octubre, y dos meses y medio después empezaron las sesiones de Get Back. No le dijeron que no fuese. Pero tampoco pasaba nada si no estaba allí. Trabajarían de todos modos. Así que era como decirle «Ven, si quieres. Pero si estás ocupado, seguiremos adelante». Así es como había evolucionado la relación entre los Beatles y George Martin. Y eso es lo que se ve en Get Back. Él está allí parte del tiempo, pero no todo el tiempo. Le escuchan cuando habla, pero no necesariamente le hacen caso. Son como niños que han crecido, han aprendido a usar el estudio y no necesitan al padre que les diga lo que tienen que hacer. No querían quedarse estancados, querían ir más allá. Y eso hicieron. Es lo que se ve en Get Back. Ves una relación que ha evolucionado. Y George Martin tuvo que aceptarlo, no le quedaba otra.
P: Siempre he pensado que el principio del fin de la carrera de los Beatles fue la muerte de Brian Epstein, su mánager.
ML: La muerte de Brian fue un punto de inflexión, eso está claro. Pero por esa época estaba también perdiendo el control sobre los chicos, por los mismos motivos que George Martin. Ellos ya sabían lo que tenían que hacer, y no querían a nadie que se lo dijese. Una cosa era que les organizase el trabajo, y otra tener que consultarle cualquier idea que tuviesen, ya fuera para un nuevo disco o un negocio que querían montar. No querían tener que seguir pidiéndole permiso para todo. A lo mejor, en esto, fueron un poco arrogantes. Pero forma parte del proceso de maduración de una persona, aprendes cómo se hacen las cosas y ya no necesitas pedir permiso para hacerlas. Simplemente, las haces. Pero el mayor problema con la muerte de Brian es que tomaron la decisión de no tener un nuevo mánager. Esa decisión fue lo que realmente lo cambió todo dentro de la banda, porque les obligó a enfrentarse cara a cara con su negocio y a estar más presentes en toda la parte de contratos, burocracia y relación con la discográfica de lo que debería estar cualquier artista. Los artistas, sobre todo los que son muy creativos, deberían tener a alguien que se ocupara del negocio. Y presentarles las distintas opciones, para que ellos solamente tengan que decidir sin estar inmersos en todas las reuniones. Cuando tuvieron que hacer también esa parte, no les gustó. Y es que fue realmente por estos motivos de negocio por los que se separaron, no por desacuerdos artísticos. Aunque es cierto que, para entonces, ya habían tenido desencuentros artísticos fueron los negocios los que les separaron.
P: Mark, sé que para Tune In Volumen 2 estás trabajando muy a fondo la figura de Brian Epstein. Así que la pregunta es, en un momento histórico en el que la homosexualidad era un delito tanto en Reino Unido como en España, ¿crees que su muerte fue accidental o no lo fue?
ML: Bueno, lo que te puedo decir es que hubo una investigación en la que se presentaron testigos, amigos de Brian y los médicos que le recetaron las pastillas que ingirió, y la decisión del forense que llevaba la investigación fue decir que había sido una muerte accidental. Que fue una combinación letal de demasiado alcohol y pastillas que, tomadas accidentalmente, causaron su muerte. Pero hay evidencias de que Brian era un tipo frágil, y de que ya había intentado suicidarse con anterioridad. Primero en los años 50, creo que en 1952 o 1953, y después en 1966. Así que sí, existe la posibilidad de que fuera una muerte intencionada. Pero… nunca podremos saberlo con certeza. Así que lo mejor que podemos decir es que se llevó a cabo una investigación adecuada, y que la conclusión independiente del forense es que fue un accidente. Lo que no quita para que sea conocido que a Brian le gustaba jugar con fuego. Llevaba una vida muy al límite, se metía en problemas con frecuencia. Así que no es difícil imaginar cualquiera de las dos opciones.
Brian fue un tipo muy infeliz. Tuvo momentos de felicidad, está claro, pero nunca duraban mucho tiempo. Y en 1967 estaba muy preocupado, muy inestable… inseguro de las decisiones que tenía que tomar, inseguro respecto a su propio trabajo, inseguro respecto a sí mismo. Tenía dudas sobre su relación con los Beatles, sobre si llevar a más artistas o no. Incluso se planteaba dejar el negocio de la música. En lo sentimental, nunca tuvo una sola relación. En su vida adulta, eso le habría dado el confort y la seguridad que la mayoría de la gente ansía. Pero él no podía mantener una relación estable. Sus relaciones acababan siendo siempre desastrosas. Tampoco ayudaba el que la homosexualidad fuera ilegal, no. Es algo realmente trágico. Creo que su problema era un enorme sentimiento de culpa, que intentaba paliar con la emoción del peligro y todo junto le provocaba una profunda incapacidad de encontrar la felicidad en lo que hacía.
P: Lo cierto es que los Beatles, los cuatro, tenían un vínculo muy fuerte con Brian Epstein. Y esto es algo interesante sobre ellos, ¿no? que conectaban muy bien con los demás. De hecho, tenían un séquito de periodistas y amigos que les acompañaba a todas partes.
ML: Sí, sí. Tenían fuertes conexiones con otras personas, pero ahí se daba una interesante dualidad. Permitían que ciertas personas se acercaran a ellos cuatro, pero a otras las mantenían a raya. En el caso de John, sabemos que tuvo relaciones muy estrechas con mujeres sin que hubiera sexo de por medio, cosa muy infrecuente en la época. La perspectiva masculina siempre ha sido, sobre todo hace 60 años, pero probablemente hoy en día también, que si eres un artista y las mujeres se te acercan, aquello va a terminar en la cama. Y ambas partes entienden lo que es esa relación, y saben que no es estrecha. Es un acuerdo mutuo en el que ambos obtienen algo, pero no es necesariamente una amistad profunda. De ahí la singularidad de la manera de relacionarse de John Lennon con las mujeres.
P: En la última pregunta te quiero preguntar por la «última» canción de los Beatles, Mark. Porque, ¿realmente crees que «Now and Then» es la última? No sé, ahí está la demo de «Grow Old with Me», o las primeras cien canciones compuestas por Lennon y McCartney antes de los Beatles, y nunca publicadas, o las demos de George Harrison. Por poner algunos ejemplos.
ML: No, creo que lo de la última canción es solo un eslógan. Tal vez sea la última canción, aparte de los bootlegs, en la que están trabajando ostensiblemente juntos, aunque solo queden dos vivos, es un poco lioso. Soy optimista y creo que queda mucho, mucho más por venir. Espero que haya mucho más. Personalmente, me gustaría que se abrieran las puertas de todos los archivos y que todo estuviera disponible. Todo. Todas las composiciones, todas las películas, todos los vídeos, todas las grabaciones, las maquetas y los temas acabados. Porque una de las mejores cosas acerca de los Beatles, es que cuanto más sabes sobre ellos, más fascinantes se vuelven. Cada cosa nueva que descubrimos se suma a la belleza de lo que ya conocíamos. Así que quiero que salga todo a la luz.
Se da una versión más cercana a la realidad en el documental de 2012 sobre Jeff Lynne, Mr. Blue Sky, en el que el propio Lynne, pero también Paul y Ringo, hablan de las sesiones de grabación de «Real Love», «Free as a Bird» y «Now and Then». Y Paul se muestra encantadoramente sincero al hablar sobre los egos, y las dificultades que tuvieron en esas sesiones. Pero, por supuesto, ahora tienden a utilizar solo las partes felices. Me encantaría ver el resto también. Creo que todo es relevante y válido. Y ojalá algún día veamos el resto. No creo que sea malo ver a la gente en desacuerdo. Pero por supuesto que quieren preservar una imagen de que todo es maravilloso.
P: ¿Qué papel jugó en esas sesiones de 1995 George Martin? Porque ya se trasluce en el documental Get Back de Peter Jackson que no siempre le respetaron como productor.
ML: Durante el White Album la relación de los Beatles con George Martin se deterioró. Nadie habla acerca de ello, pero así fue. Los Beatles aprendían rápido, así que no tardaron mucho en sentirse incómodos con una figura paterna dentro del estudio. Y George Martin era una especie de figura paterna. Obviamente era brillante, y un gran activo en el proceso creativo de los Beatles. Pero, al mismo tiempo, era bueno para ellos trabajar también sin su supervisión. Eso pasó durante la grabación del álbum blanco, The Beatles, que George Martin estaba de vacaciones y los chicos tuvieron una racha muy productiva sin él. Las canciones de ese disco no tienen ninguna producción de Martin, aunque su nombre aparezca en ellas. Es que ni siquiera estuvo allí. Terminaron el álbum blanco a mediados de octubre, y dos meses y medio después empezaron las sesiones de Get Back. No le dijeron que no fuese. Pero tampoco pasaba nada si no estaba allí. Trabajarían de todos modos. Así que era como decirle «Ven, si quieres. Pero si estás ocupado, seguiremos adelante». Así es como había evolucionado la relación entre los Beatles y George Martin. Y eso es lo que se ve en Get Back. Él está allí parte del tiempo, pero no todo el tiempo. Le escuchan cuando habla, pero no necesariamente le hacen caso. Son como niños que han crecido, han aprendido a usar el estudio y no necesitan al padre que les diga lo que tienen que hacer. No querían quedarse estancados, querían ir más allá. Y eso hicieron. Es lo que se ve en Get Back. Ves una relación que ha evolucionado. Y George Martin tuvo que aceptarlo, no le quedaba otra.
P: Siempre he pensado que el principio del fin de la carrera de los Beatles fue la muerte de Brian Epstein, su mánager.
ML: La muerte de Brian fue un punto de inflexión, eso está claro. Pero por esa época estaba también perdiendo el control sobre los chicos, por los mismos motivos que George Martin. Ellos ya sabían lo que tenían que hacer, y no querían a nadie que se lo dijese. Una cosa era que les organizase el trabajo, y otra tener que consultarle cualquier idea que tuviesen, ya fuera para un nuevo disco o un negocio que querían montar. No querían tener que seguir pidiéndole permiso para todo. A lo mejor, en esto, fueron un poco arrogantes. Pero forma parte del proceso de maduración de una persona, aprendes cómo se hacen las cosas y ya no necesitas pedir permiso para hacerlas. Simplemente, las haces. Pero el mayor problema con la muerte de Brian es que tomaron la decisión de no tener un nuevo mánager. Esa decisión fue lo que realmente lo cambió todo dentro de la banda, porque les obligó a enfrentarse cara a cara con su negocio y a estar más presentes en toda la parte de contratos, burocracia y relación con la discográfica de lo que debería estar cualquier artista. Los artistas, sobre todo los que son muy creativos, deberían tener a alguien que se ocupara del negocio. Y presentarles las distintas opciones, para que ellos solamente tengan que decidir sin estar inmersos en todas las reuniones. Cuando tuvieron que hacer también esa parte, no les gustó. Y es que fue realmente por estos motivos de negocio por los que se separaron, no por desacuerdos artísticos. Aunque es cierto que, para entonces, ya habían tenido desencuentros artísticos fueron los negocios los que les separaron.
P: Mark, sé que para Tune In Volumen 2 estás trabajando muy a fondo la figura de Brian Epstein. Así que la pregunta es, en un momento histórico en el que la homosexualidad era un delito tanto en Reino Unido como en España, ¿crees que su muerte fue accidental o no lo fue?
ML: Bueno, lo que te puedo decir es que hubo una investigación en la que se presentaron testigos, amigos de Brian y los médicos que le recetaron las pastillas que ingirió, y la decisión del forense que llevaba la investigación fue decir que había sido una muerte accidental. Que fue una combinación letal de demasiado alcohol y pastillas que, tomadas accidentalmente, causaron su muerte. Pero hay evidencias de que Brian era un tipo frágil, y de que ya había intentado suicidarse con anterioridad. Primero en los años 50, creo que en 1952 o 1953, y después en 1966. Así que sí, existe la posibilidad de que fuera una muerte intencionada. Pero… nunca podremos saberlo con certeza. Así que lo mejor que podemos decir es que se llevó a cabo una investigación adecuada, y que la conclusión independiente del forense es que fue un accidente. Lo que no quita para que sea conocido que a Brian le gustaba jugar con fuego. Llevaba una vida muy al límite, se metía en problemas con frecuencia. Así que no es difícil imaginar cualquiera de las dos opciones.
Brian fue un tipo muy infeliz. Tuvo momentos de felicidad, está claro, pero nunca duraban mucho tiempo. Y en 1967 estaba muy preocupado, muy inestable… inseguro de las decisiones que tenía que tomar, inseguro respecto a su propio trabajo, inseguro respecto a sí mismo. Tenía dudas sobre su relación con los Beatles, sobre si llevar a más artistas o no. Incluso se planteaba dejar el negocio de la música. En lo sentimental, nunca tuvo una sola relación. En su vida adulta, eso le habría dado el confort y la seguridad que la mayoría de la gente ansía. Pero él no podía mantener una relación estable. Sus relaciones acababan siendo siempre desastrosas. Tampoco ayudaba el que la homosexualidad fuera ilegal, no. Es algo realmente trágico. Creo que su problema era un enorme sentimiento de culpa, que intentaba paliar con la emoción del peligro y todo junto le provocaba una profunda incapacidad de encontrar la felicidad en lo que hacía.
P: Lo cierto es que los Beatles, los cuatro, tenían un vínculo muy fuerte con Brian Epstein. Y esto es algo interesante sobre ellos, ¿no? que conectaban muy bien con los demás. De hecho, tenían un séquito de periodistas y amigos que les acompañaba a todas partes.
ML: Sí, sí. Tenían fuertes conexiones con otras personas, pero ahí se daba una interesante dualidad. Permitían que ciertas personas se acercaran a ellos cuatro, pero a otras las mantenían a raya. En el caso de John, sabemos que tuvo relaciones muy estrechas con mujeres sin que hubiera sexo de por medio, cosa muy infrecuente en la época. La perspectiva masculina siempre ha sido, sobre todo hace 60 años, pero probablemente hoy en día también, que si eres un artista y las mujeres se te acercan, aquello va a terminar en la cama. Y ambas partes entienden lo que es esa relación, y saben que no es estrecha. Es un acuerdo mutuo en el que ambos obtienen algo, pero no es necesariamente una amistad profunda. De ahí la singularidad de la manera de relacionarse de John Lennon con las mujeres.
P: En la última pregunta te quiero preguntar por la «última» canción de los Beatles, Mark. Porque, ¿realmente crees que «Now and Then» es la última? No sé, ahí está la demo de «Grow Old with Me», o las primeras cien canciones compuestas por Lennon y McCartney antes de los Beatles, y nunca publicadas, o las demos de George Harrison. Por poner algunos ejemplos.
ML: No, creo que lo de la última canción es solo un eslógan. Tal vez sea la última canción, aparte de los bootlegs, en la que están trabajando ostensiblemente juntos, aunque solo queden dos vivos, es un poco lioso. Soy optimista y creo que queda mucho, mucho más por venir. Espero que haya mucho más. Personalmente, me gustaría que se abrieran las puertas de todos los archivos y que todo estuviera disponible. Todo. Todas las composiciones, todas las películas, todos los vídeos, todas las grabaciones, las maquetas y los temas acabados. Porque una de las mejores cosas acerca de los Beatles, es que cuanto más sabes sobre ellos, más fascinantes se vuelven. Cada cosa nueva que descubrimos se suma a la belleza de lo que ya conocíamos. Así que quiero que salga todo a la luz.
(Publicado en Jotdown.es el 14 de noviembre del 2023)
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