jueves, 16 de noviembre de 2023

EL HOMBRE QUE ESTUVO ALLÍ EL DÍA QUE LOS BEATLES SE SEPARARON

Mal Evans fue el roadie de los Fab Four, reparador y amigo Paul McCartney confió en él cuando la banda se separó, mientras que John Lennon confió en él para proteger su vida. Un nuevo libro cuenta su historia. 

Por: Kenneth Womack


La persistente tensión de los Beatles finalmente les alcanzó durante una reunión entre John, Paul y George en el número 3 de Savile Row el 10 de septiembre de 1969. Como Mal y Neil [Aspinall, que dirigía la empresa de los Beatles, Apple Corps] observaron, John se mostró especialmente molesto con lo que él percibía como la megalomanía de Paul, diciendo que "si echas la vista atrás a los álbumes de los Beatles, buenos o malos o lo que pienses de ellos, verás que la mayoría de las veces si alguien ha tenido tiempo extra has sido tú". Para Mal, la conversación debió de ser una agonía. Él idolatraba a Paul, que se llevó la peor parte del vitriolo de la reunión.

En su propia defensa, Paul protestó por haber "intentado dejar espacio en los álbumes para las canciones de John, sólo para descubrir que John no había escrito ninguna"

Con la idea de grabar un nuevo álbum aparentemente descartada, John sugirió que en su lugar produjeran un single navideño. Después de todo, razonó, el disco anual del club de fans no tardaría en llegar. Cuando esta idea fue recibida con silencio e indiferencia, John concluyó sobriamente: "Supongo que es el fin de los Beatles"

A pesar de lo horrible que debió de ser la experiencia para Mal, el pánico aún no se había apoderado de él. Durante los últimos 15 meses, Ringo y George habían abandonado la banda en varias ocasiones, sólo para ser persuadidos a volver. Pero diez días más tarde, todo se desbordó de nuevo en una reunión en Apple, Mal y Allen Klein (su manager tras la muerte de Brian Epstein) estaban allí, junto con Yoko, Neil y los chicos. Por su parte, George hablaba por altavoz desde Cheshire, donde estaba visitando a su madre enferma. El tema que se estaba tratando era un nuevo acuerdo con Capitol, que Klein, como es lógico, estaba ansioso por firmar.

Mientras Mal observaba, Paul empezó a enumerar las próximas oportunidades del grupo, incluyendo una serie de conciertos íntimos y un posible especial de televisión. En todos los casos, John dijo: "No, no, no", antes de decirle a Paul: "Pues yo creo que eres tonto". Finalmente, soltó que quería el "divorcio". "¿Qué quieres decir?", preguntó Paul atónito. "¿Se acabó el grupo?" respondió John. "Me voy"

En ese momento, recuerda Paul, "todos palidecieron excepto John, que se sonrojó un poco y dijo: 'Es bastante emocionante'. Es como si recordara haberle dicho a Cynthia que quería el divorcio'"

Después, Mal y Paul volvieron a casa de McCartney, donde se retiraron al jardín, todavía intentando procesar lo que había ocurrido. Paul mantenía la esperanza de que John cambiara de opinión, de que los Beatles siguieran adelante. Pero Mal sabía que no era así. Al igual que con George, Mal había razonado que "todos habían abandonado el grupo en un momento u otro, empezando por Ringo". Pero cuando "John vino a la oficina y dijo, ‘!el matrimonio ha terminado! Quiero el divorcio', eso fue lo definitivo. Eso fue lo que realmente afectó a Paul, ya sabes, porque me llevé a Paul a casa y acabé en el jardín llorando a moco tendido"

AQUELLA NOCHE CON LENNON Y PHIL SPECTOR EN 1973, CUANDO LA FELICIDAD NO ERA UN ARMA CALIENTE

A Mal le encantaba pasar largas horas en compañía de John, disfrutando de toda la atención del Beatle, en lugar de compartirla con Paul, George y Ringo. "Era fascinante", dice Mal, que a esas alturas vivía en Los Ángeles y escribía sus propias canciones, "porque John me hablaba como si yo fuera un compositor, y eso era increíble. Por primera vez, John y yo nos comunicábamos de verdad, mientras que, cuando eran los cuatro, John siempre era el más difícil de hablar. Siempre pensé que cuando John dejó de insultarme, habíamos dejado de ser amigos". Pero, añadió, refiriéndose a las burlas de John, "Cuanto más le gustas, más se burla de ti, "Sin embargo, como Mal pronto descubrió, trabajar con John durante este período resultaría ser una tarea – incomparable, de hecho, a sus años de gira juntos, cuando The Beatles estaban a menudo confinados a la relativa seguridad de una suite de hotel. Cuando estaba en Los Ángeles, a menudo se podía encontrar a John en el Rainbow Bar and Grill del Sunset Strip, que se había convertido en su cuartel general de facto [en un periodo de consumo excesivo de alcohol al que Lennon se refería irónicamente como el fin de semana perdido, pero que duró 18 meses]. Músicos como John, Harry (Nilsson), Ringo, Keith Moon, Alice Cooper y Micky Dolenz habían adoptado el Rainbow como su abrevadero habitual y se habían hecho llamar los Vampiros de Hollywood, un apodo que evocaba las noches que pasaban bebiendo en el altillo del bar. 

En una de sus noches más angustiosas en Los Ángeles, Mal había acompañado a John y Phil Spector al Rainbow. En un momento dado, John acompañó a Phil hasta su coche, asegurando a Mal que volvería en breve. "Pasó una media hora y empecé a preocuparme y salí a buscar a John... ni rastro", escribió Mal más tarde. "Había perdido la pista de un Beatle durante un día. Lo que había sucedido, me enteré la noche siguiente, era que cuando se había despedido de Phil, unos fans hippies suyos lo llevaron a la ciudad, y John, que acababa de mudarse a un piso, no podía recordar la dirección, ni sus números de teléfono ni los míos. [John] acabó apareciendo, pero no antes de que Yoko se enfadara conmigo y me llamara desde Nueva York gritando: ‘Creía que eras el guardaespaldas de John, ¿por qué no cuidas de su cuerpo?’"

Sin saber qué decir, Mal admitió que "nunca me había considerado guardaespaldas de nadie, pero supongo que con los años eso había formado parte del trabajo. De todos modos, ya eran mayorcitos, con mentes muy firmes en cuanto a lo que querían hacer, y desde luego no esperaba que tuvieran que rendirme cuentas a mí"

En diciembre, mientras trabajaban en ‘Back to Mono’, John y Phil trasladaron su proyecto a Record Plant West.

El cambio de estudio de grabación tuvo mucho que ver con las travesuras de John y Phil, que habían conseguido que les desalojaran de su estudio anterior, A&M. En un momento dado, Nilsson y Moon, en estado de embriaguez, habían orinado sobre la consola de grabación, dejando la electrónica hecha un asco.
Todo empezó inocentemente después de que John y Phil terminaran su sesión del 11 de diciembre en Record Plant West, donde probaron con ‘You Can't Catch Me’ de Chuck Berry. Mientras Mal miraba, los dos hombres, borrachos hasta las cejas, estaban de juerga en la sala Las Vegas. En un guiño a los primeros días de la Beatlemanía, cuando los Beatles se subían a Mal al enterarse de que estaban en lo más alto de las listas de éxitos, John decidió subirse a la espalda de Mal para dar un paseo a caballito. Por desgracia, Phil también quiso participar. La destreza física de Mal a finales de 1973 distaba mucho de la de principios de los sesenta, y tenía dificultades para soportar el peso de dos hombres sobre su dolorida espalda. Como siempre, observó Mal, "Phil va un poco demasiado lejos", y en el alboroto que siguió, "me dio un golpe de kárate en la nariz, mis gafas salieron volando y te aseguro que se me llenaron los ojos de lágrimas. Me di la vuelta con muy mal genio y le dije a Phil: 'No vuelvas a ponerme un dedo encima, hombre'"

Y fue entonces cuando Phil, "quizá para restablecerse ante sus propios ojos", pensó Mal, sacó una pistola. Para sorpresa del roadie, el productor "disparó delante de nuestras narices, ensordeciéndonos a los dos, la bala rebotó por la habitación y aterrizó entre mis pies"

John, comprensiblemente indignado, exclamó a Phil: "Si vas a matarme, mátame, pero no me quites el oído, !soy yo quien vive!"

Hasta ese momento, Mal y John habían creído que la pistola de Spector era de juguete. En un momento de la noche, Phil había amartillado el gatillo y apuntado el arma a la cabeza de John. Como resultado del incidente en las salas de Las Vegas, "el miedo de John a las armas en general se duplicó". Por su parte, Mal juró mantenerse alejado de Phil. Asistiría a las sesiones de grabación por deferencia a John, pero eso era todo.

Casi en el mismo instante en que Mal decidió desterrar a Phil de su mundo para siempre, él y John fueron llevados a casa de Gary Kellgren [cofundador de Record Plant] para celebrar una lujosa fiesta de despedida en honor de Mal, que se preparaba para regresar a Sunbury. Para la ocasión, Phil había dispuesto que Mal recibiera "una hermosa torta grande, que debía de medir metro y medio, muy bien decorada, con una gran botella de brandy Napoleón, [y] un montón de figuras de cómic como Superman y Batman", escribió Mal. El suntuoso postre llevaba la inscripción "Para Mal, mi amigo, con amor, Phillip"

Resultó que el mejor regalo que el alocado productor le hizo a Mal aquella noche fue su ausencia. "Phil, para mostrar el lado más comprensivo de su naturaleza, no vino a la fiesta", dijo Mal. "Sabía que si lo hubiera hecho, se habría puesto escandaloso y me la habría estropeado. Pero lo preparó y no vino: una verdadera muestra de afecto de un amigo"

Sin embargo, la fiesta llegó a su fin de repente, cuando John, que se había emborrachado hasta quedarse ciego, plantó un teléfono en los pegajosos restos de la torta.

CONOCE A LOS BEATLES: CUATRO DÍAS EN LA VIDA DE MAL CON LOS MOPTOPS

PAUL (1962)

En julio de 1962, Mal y su familia asistieron a la celebración del "Misterio de Wavertree", un acontecimiento anual celebrado para conmemorar la donación anónima de un parque infantil local en 1895. Mal recordó más tarde que "Lil y yo empujábamos orgullosos a Gary en su cochecito cuando ella se volvió hacia mí y me dijo: 'Hay un tipo raro por allí, no para de mirarnos'. Al girarme, vi a Paul de pie, sin afeitar, con una chaqueta echada por encima del hombro y masticando una manzana de caramelo". Tras las sutilezas de presentar a su mujer al desaliñado músico, Mal se llevó a Paul de excursión. "Pasamos el resto del día juntos", escribió Mal, "Paul y yo nos retamos a hacer cosas como tirarnos en paracaídas y otras exhibiciones que nos ponían nerviosos, pero ninguno de los dos aceptó el reto". En un momento dado, se detuvieron ante una exposición de automóviles. Paul le anunció a Mal que "uno de estos días voy a tener uno de esos autos", señalando uno muy humilde tipo sedán.

GEORGE (1962)

Después de los conciertos en The Cavern, Mal presentaba a su mujer Lily al resto de la banda. "En una ocasión", recuerda Mal, "Lil y yo compramos el pescado y las patatas fritas para el grupo y para nosotros, ya que entre ellos sólo podían reunir dinero suficiente para pagar los tés"

Aunque tenía sus recelos sobre la implicación de Mal en sus vidas, disfrutaba conociendo a los compañeros de la banda. "Después de los conciertos, George volvía a casa para comer tocino y huevos. A veces volvía antes que Mal para hacerme compañía. Yo estaba lavando ropa y pañales de bebé o planchando. Era el que más me gustaba". Lily recordaba con cariño la vez que apartó el flequillo de la cara de Harrison y le dijo: "A ver cómo te queda con el pelo hacia atrás. Me gusta más así". Pero George no estaba de acuerdo. Se peinó hacia delante, diciéndole: "Así es como tengo que llevarlo; es el corte Beatle"

RINGO (1965)

Conduciendo por la M1, Mal y Ringo pararon a comer en un café al borde de la carretera. "Estábamos sentados en el mostrador", recuerda Mal, "y el tipo que estaba a mi lado estaba intentando decidir si realmente era Ringo el que estaba conmigo. De repente, se volvió hacia mí y me dijo: "Me da igual si es él o no".
Ringo casi se ahoga de risa mientras yo me burlaba del tipo diciéndole: "’No, no es él. !Pero resulta terriblemente embarazoso llevarle a cualquier sitio porque todo el mundo lo confunden con Ringo!’"

JOHN (1964)

John no se hizo ilusiones sobre el comportamiento de los Beatles y admitió más tarde que "éramos unos bastardos. No se puede ser otra cosa en una situación de tanta presión, y la tomamos con Neil y Mal. Se desquitaron con nosotros porque estábamos en una posición de mierda. Era un trabajo duro y alguien tenía que aguantarlo. Esas cosas se quedan fuera, sobre lo bastardos que éramos. Unos malditos bastardos, eso es lo que eran los Beatles. Tienes que ser un bastardo para lograrlo, y eso es un hecho. Y los Beatles eran los mayores bastardos de la tierra. Éramos los Césares. ¿Quién va a golpearnos cuando hay un millón de libras por ganar, todas las limosnas, el soborno, la policía y el bombo publicitario?"

Durante un vuelo a Massachusetts para el concierto del 12 de septiembre en el Boston Garden, los antiguos sentimientos de intimidación de Mal hacia John llegaron a su punto álgido. Sentado en la parte trasera del avión, rompió a llorar y contó a un periodista que "John se enfadó conmigo y me dijo que me fuera a la mierda. Sin motivo. Pero quiero al tipo. John es una fuerza poderosa. A veces es duro, si sabes a lo que me refiero. Pero no hay persona más grande que yo conozca". En muchos sentidos, era como si la falta de confianza en sí mismo de Mal, un aspecto clave de su persona durante el resto de su vida, hubiera regresado con una venganza más tarde John se acercó a Mal y lo abrazó.

Mal Evans murió el 4 de enero de 1976. La policía le disparó en un apartamento de California mientras blandía un rifle, tras haber tomado una presunta sobredosis de Valium. Sus diarios y recuerdos yacían en el suelo junto a él.

Extraído del libro: "Living the Beatles Legend", de Kenneth Womack (Mudlark, 25 libras), publicado el 14 de noviembre. Para solicitar un ejemplar, visite timesbookshop.co.uk o llame al 020 3176 2935. Gastos de envío gratuitos en pedidos superiores a 25 libras. Descuento para miembros del diario The Times.


(Publicado en The Times el 6 de noviembre del 2023)
[Traducido y editado por Guillermo Velarde para Mundo Beatle]

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