miércoles, 6 de marzo de 2024

LA BANDA FEMENINA DE LOS SESENTAS QUE DESAFIÓ A LOS BEATLES Y ESCAPÓ DE JIMMY SAVILE

Les dijeron que "las chicas no tocan la guitarra", sin embargo The Liverbirds irrumpieron en la escena Merseybeat. Las dos integrantes supervivientes recuerdan sus días salvajes en los años 60.

Por: Kate French-Morris

                Pamela Birch, Valerie Gell, Mary McGlory y Sylvia Saunders de The Liverbirds en 
                Hamburgo en 1965.

Una noche de 1962, una joven llamada Mary McGlory vio a los Beatles tocar en el Cavern Club de Liverpool. Al día siguiente, visitó la tienda de música de Hessy (donde John Lennon había adquirido su Rickenbacker) y compró una guitarra. Antes de que terminara el año, McGlory había formado una banda con otras tres mujeres y conoció a los Beatles, una vez más en el Cavern, esta vez detrás del escenario. ¿La respuesta de Lennon? "Las chicas no tocan la guitarra"

Tenía razón: las chicas no tocaban la guitarra en la nueva y explosiva escena Merseybeat. Y, sin embargo, menos de un año después del desprecio de Lennon, Mary sería parte de la primera banda de chicas que tocaría en Cavern: The Liverbirds. Luego grabaron dos álbumes exitosos, tocaron como residentes durante cuatro años en el Star-Club de Hamburgo y realizaron giras por estadios europeos con fanáticos clamorosos a cuestas.

McGlory y Sylvia Saunders, que tocaban la batería y el bajo respectivamente, son los dos de las Liverbirds supervivientes y, en este cálido y vívido libro, se turnan, en capítulos alternos, para contar la historia de la banda. Escritos en primera persona del singular y del plural, y con la ayuda como co-autora de la periodista Lucy O'Brien, también ofrecen una historia social: la brutalidad económica del Liverpool de posguerra, el distrito liberal de St Pauli en Hamburgo y la sensación de posibilidad que definió la década de 1960.

The Liverbirds, según lo cuentan McGlory y Saunders, es de los primeros ejemplos de la actitud punk-rock. En 1964, audicionaron para el manager de The Kinks, Larry Page, usando a Ray y David Davies en los coros y Mick Jagger en maracas. Nada mal para una banda que se formó antes de poder tocar. "Teníamos tanta confianza que no pensamos ni por un segundo que esto no iba a funcionar", escribe McGlory. Pero incluso una vez que dominan sus instrumentos, a las Liverbirds se les suele llamar  “Beatles femeninos” o (peor aún) las “Pequeñas Beatles”

 

Hay muchas anécdotas maravillosamente informales de los años 60. Saunders invita a los Rolling Stones a casa de sus padres a tomar el té: “!Rápido, guarden las tazas de porcelana! !Saquen las mejores toallas del baño! . Las Liverbirds comparten cartel con Jagger y compañía en Nuneaton en 1963, y ven a los jovencitos arrojar bollos de crema a Charlie Watts. Duermen durante la noche en Green Park en Londres, esperando la audición para Brian Epstein. También se encuentran con tipos menos sabrosos. Las Invitan a sentarse con Jimmy Savile en la cama rosa de su habitación de hotel, posan para un fotógrafo sensacionalista. Savile lleva un par de pantalones cortos de seda diminutos. "Ahora nos damos cuenta de que debe haber estado excitado", admite McGlory. En Hamburgo desvían la atención del cantante Paul Raven: “Un poco molesto”. Siete años después, cambiará su nombre a Gary Glitter.

Como señala McGlory, “ser una banda compuesta únicamente de chicas significaba que había seguridad en el número”. Y la solidaridad recorre este libro, desde las chicas de Liverpool "orgullosas de que mujeres de su ciudad natal estuvieran en el escenario", hasta las bandas masculinas que veían a The Liverbirds como "uno más de los muchachos", y la comunidad de trabajadoras sexuales, drag queens, lesbianas y mujeres trans que ya habían encontrado aceptación en Hamburgo y ofrecieron su apoyo. Esta solidaridad todavía se siente frustrantemente necesaria para las mujeres del rock hoy en día.

              Foto 2: McGlory, Birch, Saunders y Gell en el exterior del Star-Club en Hamburgo en 1963.


Sin embargo, The Liverbirds se dispersaron en 1968, después de que Saunders quedara embarazada y su médico le ordenara elegir entre tambores y elbebé. “Fue un dolor de cabeza pasar de ser el centro de atención a ser una pequeña ama de casa”, escribe. El último tercio del libro casi se desvía hacia el territorio de todos contra todos, con sus relatos de la vida familiar posterior a la banda, pero finalmente se convierte en un sentido homenaje a las dos integrantes fallecidas, Pamela Birch y Valerie Gell.

Si bien Merseybeat puede haber mordido el polvo hace mucho tiempo, su legado adquiere algo nuevo con el libro de McGlory y Saunders. El homónimo de The Liverbirds, los míticos pájaros parecidos a cormoranes que se posan en lo alto del Royal Liver Building de la ciudad, vigilan los muelles y el mar. Cuenta la leyenda que si se fueran volando, la ciudad dejaría de existir. Es igualmente vital conservar historias como ésta.

The Liverbirds es una publicación de Faber a £ 20 libras esterlinas. Para pedir su copia llamar al 0844 871 1514 o visitar Telegraph Books.

(Publicado en The Telegraph el 5 de marzo del 2024)
[Traducido y editado por Carlos E. Larriega para Mundo Beatle]

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