viernes, 31 de julio de 2020

PAUL McCARTNEY OFRECE UNA GENEROSA CANTIDAD DE RAREZAS, CURIOSIDADES Y GEMAS EN LA CAJA 'FLAMING PIE'

Con demos, ensayos y documentales, el ex Beatle finalmente presenta un cuadro completo de uno de sus mejores álbumes solistas.

        Por: Kory Grow

A mediados de los noventas, Paul McCartney recordó sus años fabulosos para el documental The Beatles Anthology, recibió su título de caballero de parte de Su Majestad (de hecho, una chica muy agradable), y fue anfitrión de un programa de radio, Oobu Joobu, que le permitió divertirse como DJ programando cintas de ensayo y rarezas de toda su vida.

Aquellas experiencias lo pusieron en un estado excelente de ánimo para preparar Flaming Pie de 1997, un robusto popurrí de temas rock, baladas y jams que suenan más inspirados (y más agradables) que su disco anterior, Off the Ground de 1993. Con la coproducción de George Martin y las apariciones especiales de Ringo Starr, Jeff Lynne y Steve Miller, alcanzó algunas marcas personales en la década. "Beautiful Night" fue una balada por excelencia gloriosamente alegre. El tema que le da título al álbum fue caprichoso y se lo debe a John Lennon ("Fue una visión", dijo Lennon una vez, "un hombre apareció en un pastel en llamas y les dijo: 'Desde este día en adelante son Beatles con una A' "). Y la ejecución de  guitarra de "The World Tonight" sigue siendo uno de sus singles solistas más agudos; crees en Sir Paul cuando canta: 'I go back so far, I’m in front of me' (Regreso de muy lejos, estoy frente a mí), incluso si no sabes lo que quiere decir. Estas canciones sonaron lo suficientemente urgentes como para perdonar parte de las pelusas del LP, como "Somedays" y "Young Boy" y el serpenteante blues jam "Really Love You"


McCartney pone a Flaming Pie bajo un microscopio en la reedición super deluxe con grabaciones caseras, ensayos de estudio, tomas y una gran cantidad de Oobu Joobu para un retrato fascinante de su renacimiento creativo. Sus demos caseros son escasos e íntimos, ya que toca "The World Tonight" en una guitarra acústica, y trata a "Flaming Pie" como el arte externo estilo Daniel Johnston, tocando el piano y cantando lo más nasalmente posible. Los teléfonos que suenan y los perros ladrando intentan interrumpirlo por completo, pero él mantiene su fabuloso enfoque. En la versión 'Run Through' de estudio de "Beautiful Night", se escucha a Ringo decirle cómo necesita "meterse en eso", y la versión 'Rude cassette' de "Heaven on a Sunday" suena subversiva con su ritmo de batería y línea jazz de vibráfono; incluso se convierte en un canto junto con Macca y sus compañeros (¿quizás Ringo?) entonando desenfrenadamente, “You’re a baha-stard” (eres un bas-tardo) y riendo como si estuvieran pasando una noche cantando music hall en un bar para fumadores. El outtake "The Ballad of the Skeletons" presenta a Allen Ginsberg criticando la política de fines de los noventas, y "Looking for You" nos muestra a Paul gritando como Nilsson Schmilsson mientras Ringo mantiene un ritmo constante.

Pero lo que lo une todo y lo hace sentir como algo más que un proyecto de archivo son las inclusiones de extractos de los shows Oobu Joobu de McCartney y una visita guiada de una hora de su estudio casero. En uno de los programas de radio, el habla sobre cómo se unió junto con su esposa Linda a una clase de cocina y simplemente se puso a improvisar en una guitarra acústica hasta que tropezó con los acordes para "Young Boy" de Flaming Pie, mientras ella cortaba cebollas. . Imagínense buscando algo de harina y encontrando a McCartney en el armario con una nueva melodía (También se incluyen recetas y fotos raras que Linda tomó en el libro adjunto)

Y la gira de estudio, Flaming Pie at the Mill, es un viaje maníaco desde el Mellotron hasta la batería y la guitarra que compró en los años sesenta, mientras explica el papel que desempeñó cada instrumento en Flaming Pie y en los Beatles. Canta un pedacito de "Heartbreak Hotel" mientras toca un bajo que alguna vez fue propiedad del acompañante de Elvis Presley, Bill Black, demuestra el sonido de la flauta en "Strawberry Fields" y recuerda no tan afectuosamente el papel higiénico en los estudios Abbey Road (estaba impreso con 'Propiedad de EMI') después de tocar algunas campanas desde allí. Todas las piezas en la caja completan un rompecabezas que explica cómo McCartney se encontró de nuevo y dio el paso que lo ha impulsado hasta el día de hoy.

[Publicado en Rolling Stone el 30 de julio del 2020]

No hay comentarios:

Publicar un comentario