Por: Alexis Petridis
Sostuvo la mano de Mercury en el hospital, rescató a Lennon de una escapada de cocaína con David Bowie y Keith Richards lo reprendió por fumar un porro. Ahora el Zelig del mundo de la música mira hacia atrás.
Tony King con Elton John y John Lennon, en ruta a Boston en 1974.
Foto: Sam Emerson.
En la pared del apartamento de Tony King en el norte de Londres, hay un hermoso grabado de Marilyn Monroe firmado por Andy Warhol. Hay otra inscripción en la parte de atrás, un garabato familiar para cualquiera que tenga un conocimiento superficial de los Beatles: "Para Tony con amor, de uno de tus problemas, con amor John"
Un avergonzado Lennon se lo dio después de una noche particularmente estridente en Los Ángeles a mediados de la década de 1970: borracho y furioso después de un altercado con Phil Spector durante la grabación de lo que se convirtió en su álbum Rock 'n' Roll de 1975, Lennon había destrozado la casa donde se alojaba. King, quien esencialmente estaba a su cargo en ese momento, llegó para encontrar ventanas rotas, discos de oro destrozados y al cantante tratando de sacar una palmera del suelo. Intervino y terminó derrobando a Lennon en el suelo: “Nunca supe que eras tan fuerte, querido”, bromeó Lennon.
Le tomó a King décadas de engatusar a sus amigos para poder escribir sus memorias, una tarea que finalmente comenzó durante la cuarentena. El libro resultante, The Tastemaker , es fantástico: una saga divertida, conmovedora e increíblemente encantadora que lo ve graduarse de un adolescente obsesionado con Elvis en Sussex a un trabajo en el sello discográfico Decca y de ahí al ojo de la tormenta de los años sesentas. Todo parece suceder muy rápido: un minuto King está trabajando en una tienda de discos en Worthing, al siguiente está acompañando a las Ronettes por Londres y saltando de un taxi a instancias de Roy Orbison para detener un automóvil que pasa, el cantante ha decidido que lo quiere comprar. “Siempre me encantó el mundo del espectáculo, así que me pareció natural: era un mundo que siempre me había gustado mucho”
Foto: Sam Emerson.
En la pared del apartamento de Tony King en el norte de Londres, hay un hermoso grabado de Marilyn Monroe firmado por Andy Warhol. Hay otra inscripción en la parte de atrás, un garabato familiar para cualquiera que tenga un conocimiento superficial de los Beatles: "Para Tony con amor, de uno de tus problemas, con amor John"
Un avergonzado Lennon se lo dio después de una noche particularmente estridente en Los Ángeles a mediados de la década de 1970: borracho y furioso después de un altercado con Phil Spector durante la grabación de lo que se convirtió en su álbum Rock 'n' Roll de 1975, Lennon había destrozado la casa donde se alojaba. King, quien esencialmente estaba a su cargo en ese momento, llegó para encontrar ventanas rotas, discos de oro destrozados y al cantante tratando de sacar una palmera del suelo. Intervino y terminó derrobando a Lennon en el suelo: “Nunca supe que eras tan fuerte, querido”, bromeó Lennon.
Le tomó a King décadas de engatusar a sus amigos para poder escribir sus memorias, una tarea que finalmente comenzó durante la cuarentena. El libro resultante, The Tastemaker , es fantástico: una saga divertida, conmovedora e increíblemente encantadora que lo ve graduarse de un adolescente obsesionado con Elvis en Sussex a un trabajo en el sello discográfico Decca y de ahí al ojo de la tormenta de los años sesentas. Todo parece suceder muy rápido: un minuto King está trabajando en una tienda de discos en Worthing, al siguiente está acompañando a las Ronettes por Londres y saltando de un taxi a instancias de Roy Orbison para detener un automóvil que pasa, el cantante ha decidido que lo quiere comprar. “Siempre me encantó el mundo del espectáculo, así que me pareció natural: era un mundo que siempre me había gustado mucho”
La otra cosa sorprendente de su historia es cuánto parece gustarle a las estrellas del pop y cuánto confiaban en él. Se hizo amigo de los Beatles después de proporcionarles sencillos de los artistas estadounidenses de R&B que amaban. Después de cambiar de trabajo para trabajar con Oldham, quien atrajo a King haciendole escuchar el siguiente sencillo de los Stones, (I Can't Get No) Satisfaction, entabló una amistad de por vida con Charlie Watts. Esto después de la evaluación inicial de Watts de que "nunca había visto a nadie tan gay como ese chico nuevo en la oficina"
King rechazó a los Beatles cuando le pidieron que trabajara en la recién formada Apple Records: “Pensé que estaba dirigida por un montón de cowboys, buenos cowboys, pero no eran gente de una compañía discográfica. Era demasiado etéreo para mí”. Posteriormente cambió de opinión cuando Ringo Starr le aseguró que la empresa se había vuelto “mucho más organizada”. Recién instalado como jefe de Arte & Repertorio, descubrió que organizado era un término relativo. "Fue tan loco, Apple", dice. “El pobre oficinista tenía que hacer las compras de Ringo todos los viernes. Había todos estos rollos de papel higiénico apilados en el vestíbulo mientras los contaban, asegurándose de que tenían el número correcto para Ringo. Pero el lado loco de esto era encantador. Teníamos un equipo de dardos de Apple y desafiábamos a diferentes compañías discográficas. Keith Moon apareció con ganas de jugar, pero estaba tan borracho que los muchachos de la oficina tuvieron que sostenerlo para que pudiera lanzar un dardo”
King rechazó a los Beatles cuando le pidieron que trabajara en la recién formada Apple Records: “Pensé que estaba dirigida por un montón de cowboys, buenos cowboys, pero no eran gente de una compañía discográfica. Era demasiado etéreo para mí”. Posteriormente cambió de opinión cuando Ringo Starr le aseguró que la empresa se había vuelto “mucho más organizada”. Recién instalado como jefe de Arte & Repertorio, descubrió que organizado era un término relativo. "Fue tan loco, Apple", dice. “El pobre oficinista tenía que hacer las compras de Ringo todos los viernes. Había todos estos rollos de papel higiénico apilados en el vestíbulo mientras los contaban, asegurándose de que tenían el número correcto para Ringo. Pero el lado loco de esto era encantador. Teníamos un equipo de dardos de Apple y desafiábamos a diferentes compañías discográficas. Keith Moon apareció con ganas de jugar, pero estaba tan borracho que los muchachos de la oficina tuvieron que sostenerlo para que pudiera lanzar un dardo”
Eventualmente, King se mudó a Los Ángeles para trabajar con Lennon, donde sus deberes consistían en disfrazarse de Reina para un comercial de televisión que promocionaba el álbum Mind Games. Lennon estaba en medio de su "fin de semana perdido", una estadía notoriamente repleta de alcohol cuando se separó temporalmente de Yoko Ono. En el relato de King, no fue tan tumultuoso como suele representarse; como él señala, fue una era en la que Lennon hizo un álbum número 1, Walls and Bridges. Pero ciertamente hubo un elemento de caos: King tuvo que sacar a Lennon de una actuación de Frankie Valli después de que comenzó a sugerir en voz alta que el líder de Four Seasons debería "mostrarnos su pene"; también rescató a Lennon de un cubículo de baño donde estaba consumiendo cocaína con David Bowie. Pero, la mayor parte del tiempo, dice, Lennon fue una delicia. “Lo conocí en la década de los sesentas y podía ser muy cortante. Estaba intimidado por él. Fui a Los Ángeles esperando a este nativo de Liverpool de lengua afilada, y en su lugar encontré a este hombre realmente suave y vulnerable. No podía creerlo"
Mientras tanto, Ono emerge de The Tastemaker como un puntazo absoluto, una excéntrica hilarante que anima a King a tomar hongos mágicos antes de una reunión de negocios con un ejecutivo de la industria musical. “Oh, Dios mío, me fui a la mitad del almuerzo”, se ríe. "Estaba volando. Y Yoko se inclina sobre la mesa y dice: -su voz se convierte en un susurro conspirador - 'Bueno, ¿no es así?'"
El libro está repleto de descripciones vívidas y conmovedoras de Los Ángeles y Nueva York en la década de los setentas, despachos desde el backstage de las megagiras de los Rolling Stones y un elenco de apoyo increíblemente estelar: todos, desde Kenny Everett hasta Joni Mitchell y Donald Trump, que amenaza con irrumpir en una conferencia de prensa de los Stones en su casino, lo que provocó que los roadies de la banda se prepararan "con destornilladores, martillos y lo que sea" para detenerlo.
The Tastemaker de Tony King será publicado por Faber & Faber el 2 de febrero a un precio de £20 libras esterlinas.
(Publicado el 17 de enero del 2023 en The Guardian)
[Traducido y editado por Mundo Beatle para TodoBeatles.com y EGB Radio]
Mientras tanto, Ono emerge de The Tastemaker como un puntazo absoluto, una excéntrica hilarante que anima a King a tomar hongos mágicos antes de una reunión de negocios con un ejecutivo de la industria musical. “Oh, Dios mío, me fui a la mitad del almuerzo”, se ríe. "Estaba volando. Y Yoko se inclina sobre la mesa y dice: -su voz se convierte en un susurro conspirador - 'Bueno, ¿no es así?'"
El libro está repleto de descripciones vívidas y conmovedoras de Los Ángeles y Nueva York en la década de los setentas, despachos desde el backstage de las megagiras de los Rolling Stones y un elenco de apoyo increíblemente estelar: todos, desde Kenny Everett hasta Joni Mitchell y Donald Trump, que amenaza con irrumpir en una conferencia de prensa de los Stones en su casino, lo que provocó que los roadies de la banda se prepararan "con destornilladores, martillos y lo que sea" para detenerlo.
The Tastemaker de Tony King será publicado por Faber & Faber el 2 de febrero a un precio de £20 libras esterlinas.
(Publicado el 17 de enero del 2023 en The Guardian)
[Traducido y editado por Mundo Beatle para TodoBeatles.com y EGB Radio]
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